𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 11

205 26 10
                                    


𝑈𝑛 𝐷𝑖𝑎 𝐷𝑒 𝐶𝑜𝑟𝑎𝑧𝑜𝑛𝑒𝑠(2/2)


San Valentín siempre ha parecido una de las fechas más hipócritas del mundo donde los hombres tienden a prometerte el cielo y las estrellas, te empiezan a decir lo mucho te aman o quieren.

Te suben en un pedestal te dicen que sin ti no pueden vivir o que donde habías estado toda su vida.

Para que al final terminen o te pongan los cuernos y mi favorita que solo te lo hayan dicho para ilusionarte y ver hasta donde podían llegar. Que simplemente hacen el feo, haciéndote creer que, si no recibes nada hoy, no eres nadie y nadie te quiere ni te valora.

Es ridículo. Sigo sumida en mis pensamientos cuando un brazo me rodea por encima de lo hombros.

Cuando veo de quien se trata miro a su alrededor, veo que viene acompañdo y hago la sonrisa más forzada del mundo.

—Cariño—Me devuelve la misma sonrisa y veo que no viene solo.

—¿Cómo estás? —Pregunto para aligerar un poco la tensión.

—Lo mismo de siempre—Me da un pequeño beso en la mejilla. Dios, como lo odio tanto—No he tenido oportunidad de presentarte los chicos así que ellos son Nate, Bruno y Adrián.

Cada uno se presenta y caminamos hacia la salida. Max me toma de la mano y hace un pequeño apreton llevandome a otra dirección, nos despedimos de sus amigos dirigiendonos hacia su auto.

—¿Que necesitas?

—Esta tarde.

—¿Qué con esta tarde? Aun son las tres, yo diria que esta temprano.

—Dejate de niñadas ¿Papi dio permiso?

—No seas idiota, y no papi no dio permiso porque no le dije. Tengo que regresar a las ocho

—Que lastima que tengas que mentirle a papi—Volteo los ojos y eso solo hace que su sonrisa se ensanche más—A las ocho estarás en tu casa entonces, paso a las seis.

—Me parece bien ¿Algo más?

—No, por el momento. ¿Por parte tuya?

—Si, en realidad pensándolo bien,— Le doy un puño en el brazo— ¡Nada de besos! Me importa poco que haya sido en la mejilla.

—Ya, fue uno insignificante no te alarmes tanto. Si que haces drama.

—Agh— Quedamos frente a su auto y me niego a subir, veo como entra en el esperando a que entre tambien.

— Subete de una vez, te llevo.

— No gracias, prefiero ir caminando— Le doy la espalda y comienzo mi camino.

Escucho como baja del auto y va tras mio. Me toma del brazo y me da vuelta.

— Si que te complicas Behleer—Me toma de la barbilla para levantarme la cara y mirar eso ojos azules.

Ojos que parecen el mismo cielo, tan claros , tan profundos. Para evitar seguirle sosteniendo la mirada miro hacia un lado.

— Si que molestas.

—¿Yo? La berrinchuda eres tú. Parece que tuvieras ocho.

—Me vas a llevar a mi casa o no, porque puedo ir perfectamente caminando—Siento como toma mi mano. No lo quito pues sé que aun hay gente mirando por ahi.

—Espera aca.

—¿Qué espere? ¿No querias irte ya?

— Que esperes Beehler, me he olvidado de un cosa.

NI QUE FUERA CASUALIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora