Capítulo 1

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Juego finalizado.

Enhorabuena.

La voz robótica provocó que su mente volviera a la realidad, sus manos temblaban mientras sostenía la solución al juego entre sus manos. El libro con infinidad de números y letras distintas estaba casi destrozado cuando fue lanzado por la ventana, fuera del edificio en el que se encontraban; La respiración de la joven bajo su mascarilla negra era pesada, su corazón latía a mil por hora y sus ojos recorrían el baño de sangre que se formaba a su alrededor.

Solo había dos supervivientes: ella, y un joven adulto de ligeramente largo y alborotado cabello oscuro. El hombre vestía ropa de playa, su camisa abierta y una actitud altanera lo rodeaban.

— Buena partida—vocalizó el hombre.

No era la primera vez que se veían, tampoco era la primera vez que ambos terminaban en el mismo campo de juego. El hombre había visto cuatro veces a la joven de negro que solo dejaba a la vista sus ojos y aquella extraña cicatriz que le cruzaba el ocular izquierdo. La chica era extremadamente buena en aquellos escenarios, llamando por completo la atención del contrario. Sin embargo, cada vez que el varón pronunciaba aquellas dos palabras, la chica asentía y desaparecía rápidamente de su campo de visión, como si nunca hubiera existido.

El hombre golpeó la punta de la mesa con pesar al notar que la figura más pequeña ya se había ido. Sin más remedio, comienza a caminar hacia la salida, no sin antes tirar el teléfono móvil que se les había proporcionado a una esquina. Fuera esperaba Aguni, junto al coche que los llevaría de regreso a su tan preciado "paraíso", la Playa.

— ¿Hubo suerte?—una simple pregunta fue la que hizo su viejo mejor amigo.

El hombre negó:— Como un fantasma.

El motor del coche rugió una vez que estuvieron ambos dentro, pronto dejaron atrás el alto edificio y a la joven que observaba desde una de las habitaciones.

K aún no había dejado la estructura de juego, no cuando la única salida era pasar frente aquel robusto hombre que estaba armado.

Tras confirmar que el camino estaba despejado, la joven abandonó el edificio para dirigirse hacia el lugar donde solía pasar los pocos días de descanso que tenía antes de que el visado expirara. La calle estaba completamente oscura, únicamente siendo iluminada por la luz de la gran luna que se alzaba en el oscuro cielo.

Sus pasos resonaban en el asfalto de la carretera, todo era silencioso salvo por las casi inaudibles voces que llegaba a escuchar a lo lejos de vez en cuando; Su viaje no duró mucho, el terreno de juego no había estado muy alejado de su lugar de residencia aquel día, por lo que con rapidez llegó a su habitación.

Se alojaba en un pequeño edificio, uno que había sido anteriormente una tienda de ropa. Aquello le proporcionaba cambios de ropa diarios, por lo que se sentía cómoda en aquel lugar. Su alimentación se basaba en fideos instantáneos y comida empaquetada, tampoco se quejaba ya que al menos tenía algo que llevarse a la boca.

Una vez estuvo en el segundo piso, fue completamente libre para librarse de su mascarilla y, por fin, respirar aire puro. Su cuerpo buscó un pequeño sofá en la sala y se lanzó directamente a él. Estaba cansada, más su corazón aún latía a gran velocidad por los sucesos de aquella noche, prohibiéndole conciliar el sueño.

Llevaba demasiado tiempo en aquel extraño mundo, sobreviviendo de alguna forma a todos los juegos de los que era obligada a ser partícipe. Recordaba como la primera vez que jugó, había acabado chorreando sangre por todo su traje y con las manos temblando de miedo. Un A de picas. Su pánico a morir no duró mucho, pronto se familiarizó con la forma de actuar de aquella identidad robótica, cómo funcionaban los juegos y qué mentalidad tenía quienquiera que haya formado aquel mundo.

TIMELESS | Alice in Borderland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora