🥀Capitulo 6🌹:

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Otra vez fui a parar al hospital, se ve que una vecina alertó a Jisoo, pues mi amiga le pidió que si notaba algo extraño le avisara, así paso y Jisoo fue a casa encontrándome ensangrentado, sucio y desnudo, llamó a una ambulancia y en media hora ya me estaban atendiendo, nuevamente había desgarrado mi retaguardia, me costó recuperarme tres meses del anterior desgarro.

Me sentía horrible, me dolía todo y no me querían dar nada, según las enfermeras y doctores mi alfa se había negado a firmar los papeles para que me mediquen y con esto otra preocupación más se añadía, si el maldito alfa no permitió que me de un antinflamatorio, ¿Cómo iba a permitir que me dieran la antibaby? Si hubiese estado Kunpi... el me lo habría dado sin importar que, ahora era muy posible que un nuevo cachorro se empezara a formar.

Pasaron dos días y Kunpi no apareció por el hospital, no tenía mi teléfono y Jisoo tampoco daba con él ¿Qué le pasaría? Al tercer día apareció como una alma en pena, por más que indagué lo único que soltó fue:

- Tu ya tienes bastantes problemas para que venga yo con los míos.

Los seis días que estuve hospitalizado, Jisoo se hizo cargo de mi bebé, porque si por el padre fuera mi cachorro ya estaría muerto de hambre, cada tres horas venía a verme para que amantara a mi cachorro y yo me sacaba la leche para que se llevara una toma más, para no estar tanto tiempo con mi hijo en ese lugar, en las noches se quedaban a dormir conmigo.

Por fin estaba en casa, aprovechando que el alfa no estaba, cambie mis cosas a la habitación de mi cachorro y con ayuda de Jisoo, también puse por dentro en la puerta bloqueo para que él no entrara.

Cuando el alfa llego y vio todo lo que hice la rabia se lo comió, pero no lo descargó conmigo ya que yo estaba encerrado con mi cachorro en nuestra habitación.

Los días iban pasado y mi rutina era la siguiente: despertaba temprano para aprovechar que Yugyeom salía a las siete de la mañana, recogía lo que éste ensuciaba, me iba a pasear con mi pequeño Taeminie y luego regresaba a casa, hacia algo de almuerzo, que fuera bastante para que hubiera para la noche; después agarraba un par de cuencos uno para la sopa, otro para el arroz y el pollo, también agarraba un par de tomates, un cuchillito, una lata de atún, limón un poco de sal, un par de yogures, un plátano y un paquete de galletas de chocolates y con todo eso y mi bebé nos íbamos a nuestra habitación, guarde todo en sus respectivos lugares y luego miraba el reloj, seis de la tarde, era justo el momento de ponerle un seguro a mi vida, cerré la puerta por dentro y acto seguido se escuchó abrirse la puerta de la entrada y un:

- Omega ya llegue. - dijo el alfa.

- Y a mi que. - susurre yo.

Los segundos, los minutos y las horas iban avanzando sin que se pudiera evitar y mi vida también, seguía encerrándome antes de las seis de la tarde así evitaría verme con ese hombre, no lo quería ni a mi lado ni al lado de mi cachorro; Yugyeom lo aceptaba a ratos, otras veces se ponía a gritar, a porrear la puerta y a decirme hasta de lo que me iba a morir, me daba igual, para mi ese alfa era igual que un mueble de esta casa, nada, pero una nada que amenazaba con consumirme y eso me atemorizaba a más no poder, pero tenía que aguantar y ser fuerte, tenía que serlo, esperar que mi alfita creciera sano, fuerte y viniera por mi, tenía que superar esto, ya no solo por mi, sino por mis cachorros, si... ese alfa malo me volvió a dejar en estado y mi cachorrito crecía muy rápido, cuatro meses habían pasado desde aquella noche.

Cinco meses de gestación, Kunpi ya me dijo que sería otro varoncito y pues ya tenía el nombre escogido, se llamaría Jimin como mi difunto abuelo omega, Taeminie ya tenía sus ocho mesecitos, ya quería ponerse de pie y caminar, es un comilón, le encantan los purés de verduras con pollo, odia el huevo y en eso me encontraba ahora dándole de comer a mi pequeño, hermanito mayor.

EL SUEÑODonde viven las historias. Descúbrelo ahora