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Al acostarme en mi cama-Ya cambiada-me quedé dormida sin darme cuenta.

Ese chico alteraba mis nervios de cierta forma, y no solo porque sea un brujo, chamán...Hechicero, esa cosa, no sé si es lo mismo pero en fin.

El se quedaría a cuidarme por un largo tiempo...Así que tenía que si quiera tolerarlo.

A la mañana siguiente me levanté bastante agotada, y ni sabia por que, bajee las escaleras con mi pijama de short y tiras junto con unas medias de arcoíris que me llegaban a la pantorrilla acompañada con unas pantuflas de oso.

Literalmente en lo que abrí los ojos salí directo al pasillo para así bajar las escaleras, seguía adormilada, bostezando y con mi cabello como un nido de pájaro de lo desordenado, parecía que me hubiese caído un explosivo.

Simplemente fui a la cocina de lo mas normal hacia la cafetera, servirme cafe en mi taza que decía "Odio los lunes" y disponerme a servir una rebanada de pan tostado con queso derretido, le metí una mordida al pan, estaba demasiado distraída en...¿El hambre?, como para darme cuenta que Misato, Geto y Gojo estaban mirándome.

Pronto reacciono.

Geto apartó su mirada con vergüenza al instante mientras que Gojo hace lo mismo ocultando un breve sonrojo, Kuroi-chan pela sus ojos para que en ese momento, en ese maldito momento...

Me había puesto una de mis pijamas mas viejas, era mi favorita así que solo la vi y me la puse. Pero no pensé en ese momento que habrían dos hombres que ni conozco en mi casa, y la tela no era muy gruesa que digamos, a simple vista se podían notar mis pezones, y no solo eso...Sino que últimamente me había crecido el busto y...

Me puse roja de la vergüenza, tire el plato y salí disparada hacia mi habitación, en el acto me tire en la cama y me cubrí haciéndome bolita entre las sabanas con el trasero hacia arriba.

Mientras te fuiste como un rayo apenada de la cocina, Misato miró a los jóvenes hechiceros con el mismo sonrojo.

─¡P-Perdónenla p-por f-favor!Ella está acostumbrada a vivir solo conmigo sin recibir visitas y ya está en total confianza conmigo ¡No es que ella lo haya hecho apropo...!

Geto le sonrió.

─Está bien, entendemos, no está acostumbrada, por ese tipo de cosas no es necesario preocuparse─dijo el pelinegro sereno.

─Además, no es como si no hubiéramos visto a mujeres con menos ropa─ agregó Satoru relajado mientras se limpiaba los dientes con un mondadientes.

Geto le dio un pisotón al albino por debajo de la mesa mientras seguía con su pacifica sonrisa, el contrario soltó un quejido, Misato los miró con algo de curiosidad la cual fue interrumpida por unas palabras del pelinegro.

─Será mejor si le habla, porque por los vientos que soplan no piensa bajar a desayunar, aun debe tener verguenza─dijo amable mientras sorbia un poco de su cafe.

Misato se levantó de su asiento e hizo una reverencia.

─Lo haré.

Y así fue, Kuroi tomó camino hacia tu habitación. Abrió la puerta delicadamente, ella vio un gran bulto en la cama...Ella sabia de que se trataba.

Caminó hacia ti, dibujó una sonrisa traviesa en su rostro, alzó su mano y te dio una nalgada.

─¡Ahh!

Salió un grito ahogado de tu garganta para que luego te retorcieras dando vueltas sobre la cama sobándote tu trasero.

Asomas tu cabeza por fuera de las cobijas como si fueses una tortuga.

Ame no Shita| Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora