Ni siquiera sonó el despertador cuando ya estaba preparada. Hoy me había despertado antes que, de costumbre, me había duchado y me puse ropa cómoda para montar a caballo. Salí de mi cuarto en dirección al cuarto de mi hermana. Entré en su cuarto y corrí las cortinas despertando a mi hermana en el proceso.
D: Buenos días, Kate.
K: Buenos días, Diam. – saludó frotando sus ojos aún soñolienta. – Te noto más animada de lo normal, ¿Ha pasado algo?
D: No, ha pasado nada. Estoy normal.
K: Ya, lo que tú digas. – dijo levantándose de la cama. – No será por las clases de equitación. – dijo entrando en el cuarto de baño para cambiarse.
D: No, solo creo que hace un buen día y eso me ha alegrado mucho. – dije mirando por la ventana.
K: Jajaja, claro que sí.
Unos minutos después, bajamos a la cocina, llegando antes que los hermanos Fairchild. Poco después llegó Flora de la mano de su hermano mayor. Ambos se sentaron en la mesa, saludando a las dos hermanas.
F: Buenos días.
M: Buenos días, a las dos.
F: Diam, ¿estás lista para la clase con Miles? – preguntó guiñando el ojo derecho sin que su hermano ni mi hermana la vieran.
D: Por supuesto, estoy deseando que llegue el momento de mi clase de equitación.
M: Seguro que quiere hacerlo.
K: Miles tiene razón, no importa si no quieres hacerlo Diam. Podría suceder algo.
D: Tranquila, estaré bien siempre que Miles esté conmigo en todo momento.
M: Claro. – dijo riendo nervioso, apartando la mirada, es más, podría decir que se había sonrojado.
F: Kate, ¿Podríamos dar la clase de hoy en el patio? – preguntó ilusionada. – Así podrías vigilar que nada le pase a Diam.
D: Es una buena idea, ¿Qué dices Kate?
K: Está bien.
Diam y Flora: Genial.
Después de desayunar, esperé en la sala junto a Flora, a que Miles se cambiase de ropa y Kate cogiese algunos libros para la clase.
D: ¿Lo tienes todo?
F: Sí. – asintió frenéticamente.
D: ¿Sabes lo que tienes que hacer?
F: Sí, todo está controlado.
D: Muy bien, compañera. – dije alzando los pulgares.
M: Ya estoy. – afirmó entrando en la sala. – ¿De qué habláis?
F: Le decía a Diam, que cuando monte a caballo debe estar tranquila en todo momento o sus nervios pasan al caballo. – dijo guiñándome un ojo.
D: Sí, es un buen consejo. – aclaré acariciando su pelo.
M: Bien, cuando queráis nos vamos.
K: Vamos Flora, ya tengo todo lo que necesitamos.
Los cuatro salimos de la casa y nos dirigimos al patio trasero, llegamos hasta una parte sin árboles y con tierra. Una zona en la que se enseñaba equitación.
M: Esperad aquí iré a por Dalila.
Las tres asentimos en silencio y esperamos unos minutos hasta que Miles volvió con la yegua de color blanco. Flora y Kate ya habían comenzado con su clase.
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En medio de la noche (Miles Fairchild y Tú)
Romance- Todo tiene explicación, solo dejame encontrarla. - Desde que estás aquí no he dejado de seguirte con la mirada. ¿Qué ocurre en la mansión Fairchild?¿Qué secretos oculta? No sabemos lo que sucede dentro de esa gran casa, sin embargo una visita ines...