Capítulo 5. Conociendo todo

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Los rayos del sol hicieron que me despertara, sin embargo, me tape con las mantas para no ver nada, y poder dormir un poco más. Pero como siempre alguien me llama, en mi antigua casa era mi amado despertador, irónicamente hablando, aquí unos golpes en la puerta. Me incorporé y miré la hora en mi reloj eran las 7:30 de la mañana. Con pesadez me levanté de mi cama y abrí la puerta encontrando a una pequeña Flora con un peluche en las manos dándome la espalda.

F: Ah, Buenos días, Diam. – saludó dándose la vuelta, para mirarme con una gran sonrisa.

D: Buenos días, pequeñaja.

F: La señora Grose, me dijo que te llamara y que juntas llamáramos a Kate.

D: Déjame cambiarme y ahora vamos a llamarla. – dije poniéndome a su altura.

F: Vale, pero te espero en tu cuarto. – entró en la habitación y se puso sobre la cama.

D: Enseguida estoy, espérame aquí. – cogí un par de cosas del armario y entré al cuarto de baño para cambiarme.

Poco tiempo después me había peinado y vestido con unos jeans negros y un cuello alto de color blanco, acompañado de unas botas negras.

D: Ya estoy, vamos a despertar a Kate.

F: Bien, vamos allá. – dijo esto último y salió corriendo de mi cuarto llegando al cuarto de Kate.

Al llegar, cogí la llave que tenía de Kate y abrí la puerta del cuarto despacio. La estancia estaba tranquila y Kate seguía dormida. Entre antes que Flora, ella iba detrás de mí abrazando su peluche. Me acerqué a la cama de Kate, me senté sobre ella y cogí a la pequeña Flora en brazos, sentándome en mi regazo.

D: Kate es la hora del desayuno.

F: Kate tienes que despertar o nos quedaremos sin comer.

K: ...

D: Espera. – bajé a Flora y me levanté. Flora, al ver mi acción volvió a subirse a la cama. – Vuelvo enseguida.

Flora asintió en silencio y fue al baño. En este agarre una toalla y la empapó con el agua. Volví al cuarto, me acerqué a la cama y me senté en el lugar contrario a Flora.

F: ¿Qué vas a hacer?

D: Despertarla, de pequeña me costaba mucho despertarme, ella agarraba una toalla empapada en agua y la pasaba despacio por mi rostro.

F: ¿Por qué?

D: Al sentir el contacto con el frío se despertará enseguida.

Dicho esto, acerqué la toalla a la cara de Kate y esta comenzó a hacer caras raras. Esto demostraba que mi experimento había funcionado. Esto es similar a tirar un jarro de agua fría sobre alguien, pero menos cruel. Kate comenzó a abrir los ojos.

K: Diam. – saludó incorporándose en la cama hasta quedar sentada. – Flora. Buenos días a las dos.

D y F: ¡Buenos días!

K: ¿Qué hora es?

D: Son las 8 de la mañana, pronto desayunamos.

F: Sí, la señora Grose dijo que haría tortitas, pero si no bajamos pronto Miles se las comerá todas. Ya debe de estar abajo.

K: Bueno, pues vamos a por esas tortitas.

F: Siiiiiiiiiiii. – asintió, se levantó de la cama y se dirigió a la puerta. – VAMOS, VAMOS.

K: Diam, me ayudas a cambiarme.

D: Oh, sí. Voy a por tu ropa. Ve bajando Flora y vigila que Miles no nos robe nuestras tortitas.

En medio de la noche (Miles Fairchild y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora