Capítulo 13; De citas y enfermos.

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—¿Cómo es que se enfermó, de todos modos? —¿Desde cuándo el "gran" Itachi Uchiha era capaz de enfermarse? Bah, quizá solo era una excusa barata para estar en su casa y dormir. ¿No? Sasori alzó los hombros cuando miró al rubio con la ceja arqueada.

—Creo que es gripe —comentó Deidara, ignorando su gesto—, no lo sé —La verdad era que a Deidara también le sorprendía un poco el hecho—. Naruto antes de irse trajo un par de medicinas y nos dejó la comida preparada. Es todo un amor, ¿no?

—Si tú lo dices —se encogió de hombros. ¿Qué tenía de especial ese chico? No entendía. Primero Itachi, luego Kisame y ahora incluso Deidara... Ninguno paraba de hablar del niñero de Sasuke, y él no entendía cual era el gran dilema con ello. Solo era un Uzumaki.

—No seas celoso —le picó la mejilla y el pelirrojo rodó los ojos, volteando a ver al hermano de Itachi en silencio. Sasori también lo miró—. Ne, niño hambriento, ¿dónde está la vaca desnutrida?

—Está en el cuarto de invitados con su amigo feo —respondió el menor, sin darle importancia. Sasori suspiró. 

—Tiene cinco pero por la forma en la que mira parece un demonio. ¿Cómo es que vamos a estarlo cuidando por dos noches? —miró a Deidara—. ¿Cuál es el punto en contratar un niñero si seremos nosotros quien se ocupe de él? Creí que no confiaba en nosotros.

—No lo hace y él tampoco lo sabe —chasqueó la lengua, sonriendo—, Itachi está enfermo, ninguno aquí quiere molestarlo. ¿Verdad, Sasu-chan?

—No me digas así —respondió el menor con los brazos cruzados.

Itachi suspiró cuando los oyó cerca de su habitación. A falta de un ruidoso, dos...


—¿Entonces?

—Lamento no haberte llamado-ttebayo. Sé que tú no puedes llamarme y nuestra única manera de comunicarnos soy yo, pero ya viste que estuve ocupado —le abrió grande los ojos. Cierto. 

Hinata tenía un padre muy estricto y no le permitía usar su teléfono más de una hora al día o solo cuando iba a salir, para lo otro debía ser llamada, y ella no podía llamar a nadie sin ser monitoreada. Era una vida cruel e injusta, Naruto sentía pena de eso pero ella estaba acostumbrada de alguna manera. 

—Sí, sí, ocupado. Ocupado seduciendo a tu jefe, a su amigo, su otro amigo y a Shikamaru —bufó ella, rodando los ojos—. Y ahora tienes una cita con tu mejor amigo, ¿seguro que quieres usar esto? —hizo referencia a lo que fueron a comprar al mall. Naruto asintió un par de veces.

—¿Está mal-ttebayo? —se mordió el labio y la uña. Hinata lo miró por un momento en silencio.

—¿En la primera cita? —ladeó la cabeza—. Sí.

—¿Aunque conozcas a esa persona hace mucho y ya hayan salido antes? —arqueó una ceja, pero pronto notó que la pelinegra sonrió de lado—. Es sólo que... Bueno, es Shika, ¿sabes? Y-yo... 

Hinata pareció pensarlo un momento y luego chasqueó la lengua, pensándolo mejor, dejó la prenda en la repisa y sacó otra. Naruto se tornó un tomate de lo rojo que su rostro se puso cuando vio lo que Hinata había puesto en sus manos, negó con la cabeza inmediatamente. 

—N-no voy a u-usar eso —se cubrió el rostro, avergonzado. 

—¿Oh? Creí que habías dicho que sí —Hinata le miró pícara, sonriendo—. Tienes razón, Naru. Con Shikamaru no será la primera vez, pero valdrá la pena cambiar un par de co-

HIPERSOMNIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora