Capítulo 5

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Evan
El día había transcurrido demasiado rápido, llevaba días sin dormir, estaba jugando videojuegos como cada noche, los ojos me pesaban pero no podía quedarme dormido.

Cuando tome conciencia me encontraba en un lugar obscuro, portaba una capucha que cubría mi cuerpo y una máscara que cubría mi rostro, parecía pertenecer a una secta, este lugar era desolado y frío, un fuerte viento golpeaba mi rostro y la vi una vez más.

—¿Quién eres tú? -pregunte.

—Yo soy todo y nada a la vez querido.

Me sorprendió que me respondiera, normalmente ella solo se limitaba a escucharme.

—¿Qué es este lugar?

—Muy pronto lo sabrás, preparate porque quizá un día, tus pesadillas se vuelvan realidad.

La alarma me despertó, que sueños tan raros tenía últimamente, pero hoy había sido menos traumatizante, me levanté y me aliste para el colegio, esta vez no me olvide de mirar el reloj.

En el descanso la vi de nuevo, esa chica no se veía nada bien, corrí hacia ella para disculparme por lo ocurrido el día anterior.

—Hola, buen día, ¿Cómo estás? -ella se giro para mirarme, se veía realmente mal.

—¡Wow!, ¿Qué te pasó?, sin ofender pero te ves terrible.

—No te preocupes me lo dicen muy a menudo, no me pasó nada, estoy bien -respondió ella.

Mire su mejilla, parecía que alguien la había golpeado.

—¿Quién te hizo esto?, ¿Te duele? -toque delicadamente su mejilla.

—¡Auch!, no lo toques, nadie me hizo nada, cuando venía camino al colegio caminaba embobada con el celular y choque con un poste de luz.

Era de esperarse que no me tuviera confianza, claramente se podían ver las marcas de la palma de una mano, quizá alguien cercano a ella le estaba haciendo daño.

—Debes tener más cuidado -miraba como se trataba de cubrir el rostro- ¿No quieres que se note?.

—No, si algún profesor me mira así, pensará que fue alguien de mi familia y mandará a seguro social a investigar a mi casa y mis padres se molestarán, no quiero causarles problemas.

Quizá si eran sus padres quiénes le hacían daño, no era normal que se pusiera tan nerviosa al mencionarlos.

—No te preocupes, se de alguien que podría ayudarte, solo sígueme.

Caminamos hasta mi aula y le pedí ayuda a Susan, ella era una de mis pocas amigas en este colegio.

—Hola Susan

—Hola Evan, ¿Necesitas algo? -pregunto ella.

—Ya sé que te pido muchos favores pero necesito que me ayudes una vez más, por favor -suplique.

—Esta bien, ¿En qué puedo ayudarte Evan?.

—Mira te presento a mi amiga...

Después de todo nunca le había preguntado su nombre, que descortés.

—Jane -menciono ella.

—Jane te presento a Susan, Susan te presento a Jane -dije un poco apenado por no saber su nombre.

—Un gusto -respondieron al unisono.

—Mi amiga Jane es muy torpe y cuando venía camino al colegio se chocó con un poste y se le ha quedado una marca, ¿Podrías ocultarla con tu maquillaje?.

—Claro, eso es sencillo.

Mire como Susan abría su bolso y sacaba muchas brochas y frascos de maquillaje.

—¿Cómo llevas tantas cosas en esa bolsa? -miraba impresionado.

—Jaja esto no es nada, tengo mucho más maquillaje en casa Evan.

—Pero tú ya eres muy bonita con o sin maquillaje. En mi opinión, no necesitas usarlo, tu belleza natural te hace ver mucho más hermosa Susan.

—Lo tomaré en cuenta, gracias -respondió ella.

Mientras Susan maquillaba a Jane fui a comprar algunos refrigerios en la cafetería, cuando volví Susan ya había terminado.

—Listo, ¿Qué te parece? -pregunto Susan a Jane mientras le tendía un espejo para mirarse.

—Es increíble, ni siquiera se nota el moretón, gracias -respondió Jane.

—¡Wow!, Jane tiene razón, si que eres grandiosa Susan, toma esto en recompensa de habernos ayudado -le ofrecí un jugo de naranja con unas galletas de chocolate.

—Mis galletas favoritas, gracias Evan.

Nos despedimos de Susan y acompañe a Jane hasta su Aula.

—Disculpame por no presentarme antes, soy Evan es un gusto conocerte.

—Soy Jane, el gusto es todo mío Evan -nos dimos un apretón de manos. Gracias por haberme ayudado, te debo un gran favor, si algún día necesitas algo, no dudes en pedírmelo.

—No te preocupes por eso, es lo mínimo que puedo hacer por ti, después de haberme portado tan mal contigo, discúlpame.

—No te preocupes, no soy rencorosa, claro que te perdonó.

Conociendola más a fondo, me di cuenta de que ella es muy amable, pero muy misteriosa.

Después de haber concluido las clases, fui corriendo a casa por mi uniforme de fútbol, era muy bueno en este deporte y me ayudaba a despejar la mente un poco.

—Después de haber perdido 5 partidos, me volví a casa. Ya sé que dije que era bueno, pero no más bueno que los demás integrantes.

—Ya volví a casa -grite al entrar a mi casa.

—Bienvenido amo Evan -respondió el mayordomo.

—Mis padres, ¿Ya volvieron de su viaje de negocios?.

—No señor, sus padres volverán hasta el día sábado.

—Entiendo, muchas gracias.

Fuí a la cocina por algo rico que degustar y me encontré con María, ella era una gran cocinera además de ser muy Joven y bella.

—La cena está lista amo -respondió ella burlonamente.

—Sabes que no me gusta que me llames de esa forma Mari.

—Jaja eso lo sé muy bien Evan, pero si tus padres me escuchan llamarte por tu nombre sin decir “amo o señor”, se molestarán mucho conmigo.

—No te preocupes, si eso pasará yo no permitiría que te despidieran.

—Eso lo sé muy bien, pero tendré cuidado para no causarte problemas -respondió ella.

Me senté en el comedor principal, este era muy grande, la soledad abundaba aquí, tome mi plato y fui a la cocina, en esta se encontraba María cenando con Clara, Liliana, Rosaura, Nelly y Roberto, eran las sirvientas y el mayordomo.

—¿Necesita algo amo Evan? -pregunto Roberto.

—Siempre hay espacio para uno más -respondió Mari e hizo un espacio en la mesa para mí.

—Muchas gracias a todos.

Mis padres nunca estaban en mi casa, se la pasaban trabajando la mayoría del tiempo, viajando de aquí allá, a veces los acompañaba, pero me dejaban solo en el hotel mientras atendían los negocios.

Entendía que lo hacían para que no me faltará nada, pero el amor paternal es algo que siempre me ha faltado.

La servidumbre era más como mi familia, ellos me inculcaron valores y estuvieron conmigo siempre, cada uno de ellos me ayudó a crecer y darme ánimos para llegar a dónde estoy ahora.

El amor es más valioso que las cosas materiales.

No olvides darle click a la estrellita que aparece al final de cada capítulo, te lo agradecería mucho :).
Nos vemos en el próximo capítulo.

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