Capítulo 6

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Miranda

Había llegado tarde al colegio, por lo que no ví a Evan en la mañana. Era la hora de descanso y mientras caminaba por los pasillos me encontré con mi mejor amiga Keyla.

—Hola Miri, que bien te vez hoy.

—Hola Key, tu tampoco te vez nada mal, ¿Has visto a Evan?.

—Si, lo ví en la mañana dirigirse a su aula, una chica estaba con el.

—¿Qué chica? -pregunto sorprendida.

—No lo sé, nunca la había visto.

—Si era Morena, con rizos quizá podía tratarse de la amiga de Evan, se llamaba Saa... no era Su... no lo recuerdo pero estoy segura que iniciaba con S.

—¿Susan?

—Si exacto, ella.

—No, esta chica era diferente, no pude mirarla bien pero era pelinegra y de tez blanca.

—Dime, ¿Era bonita?, ¿Más bonita que yo?

—No Miri, nadie en todo el colegio, es más bonita que tú.

En eso tenía razón Keyla, pues yo era la más bonita del colegio, pero nunca faltan las resbalosas que creen que se pueden adueñar de lo que me pertenece.

—Es cierto pero ya sabes como es la envidia, espero no quiera robarse a mi Evan -dije molesta.

—¿Quién va a robarme? -respondió Evan a mis espaldas.

—Hola Evan, Miri justo estaba buscándote -menciono Keyla.

—Hola Keyla, hola amor - Evan nos saludo mientras depositaba un beso en mi mejilla.

—¿De qué hablan? -pregunto.

—De nada amor, solamente le preguntaba a Keyla si te había visto.

—Estuve esperándote en la mañana, pero creí que habías faltado al colegio, no te vi llegar.

—Lo siento, llegue tarde, pero aquí estoy, vayamos a comer amor.

—Me parece bien, vamos yo las invito chicas.

Evan nos invitó el almuerzo, no había nadie más perfecto para mí, que él, lo único que no me gustaba, era su hospitalidad con todo el mundo, siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás, su gran corazón siempre salía a relucir y eso hacia que muchas chicas se interesaran en él.

Terminando las clases Evan y yo fuimos a mi casa.

—Tu casa si que es muy bonita amor -menciono Evan.

—Gracias cariño, pero esto no es nada, la casa de la playa es mucho más bonita, algún día te llevaré a conocerla.

—¿Y tus padres?

—No te preocupes por ellos, volverán por la noche, salieron a comer con sus amigos.

—¿Eso significa?

—Exacto, eso significa que estamos solos -aclare.

—Me agrada esa idea -respondió mientras se acercaba a mi.

Evan pasó su brazo por mi cintura y me acerco a él, acariciaba mis labios con sus dedos.

—Te amo Miranda -me beso.

Pase toda la tarde con Evan y al dar las 8:00 pm el volvió a su casa, ahora que lo pensaba, Evan nunca mencionaba nada sobre su familia o sus padres, lo único que sabía sobre ellos era que trabajan en una empresa muy prestigiosa.

Mi madre entro de la nada a mi habitación, se le veía molesta.

—Ya me dijo tu nana que sigues saliendo con ese chico y que además estuvieron juntos toda la tarde.

—Ese chico se llama Evan y es mi novio.

—Ese tal Evan no te conviene, ni siquiera sabemos nada sobre su familia, quizá son pobres.

—¿Qué tendría de malo que Evan fuera pobre?

—¡Ay por Dios!, ¡No es obvio!, desprestigiaría a nuestra familia, ya te he dicho que debes buscar a un hombre que provenga de una buena familia y con mucho dinero, tu eres muy hermosa hija, no desperdicies tu tiempo con un chico de su clase.

—No digas eso de Evan mamá, ni siquiera lo conoces y si fuera pobre, ¿Qué diablos importa eso?, ¿Acaso no te importa mi felicidad?

—Claro que me importa que seas feliz, por eso debes conseguir a un hombre con una buena estabilidad económica, si te quedas con Evan sufrirás por la pobreza, tú y el, son de distintas clases sociales.

—No sabes lo que dices mamá, ni siquiera conoces a Evan y estás juzgandolo, te odio, déjame en Paz.

—¡Yo solo te estoy diciendo lo que es mejor para ti!

—!Ya no quiero escucharte, déjame sola!

—Esta bien, pero seguiré insistiendo hasta que no dejes a ese chico, no te dejaré de molestar.

Mi madre salió de mi habitación, cerré la puerta con llave y comencé a llorar. A ella le molestaba todo lo que hacía, siempre estaba diciéndome que hacer y ya no podía soportarlo, jamás dejaría a Evan, jamás.

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