Capitulo 18

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Capitulo 18

C: No seas ridículo por favor. Deja de actuar como un niño porque no lo eres. Ángel Luis vino a...

F: ¿Ángel Luis??

C: me pidió que dejáramos los formalismos... Y me pareció lo más normal solo por agradecerle que curó a nuestra hija...

¿Los celos o su hija?? ¿Qué pesaba más para Federico??

F: ¿A qué te refieres con que "curó"??

C: Camila ya está sana... Vino para eso, mi amor... La enfermera puede irse ya...

F: ¿Eso quiere decir que nuestra hija podrá ver normalmente?? ¿Igual que María del Carmen??

C: si... Y ya no necesitará más medicamentos...

>>>

Toda la felicidad de Federico se convirtió en rabia. Al verse sentado en la cabecera de la mesa, pero desde Doña Consuelo, Cristina, hasta las sirvientas, todas atentas a la plática de aquel doctorcito...

Que si sus estudios, sus viajes, su trabajo...

Qué extraño... O quizás no tanto, pero la única que tenía ojos para Federico era la pequeña María del Carmen... Porque hasta Carlos Manuel estaba embobado con el medicucho.

MC: ¡Papá!! (Extendiendo una manito hacia Federico)

C: ¡María del Carmen! No juegues con la comida...

MC: no mami... No...

C: si, tienes a comer, mi amor...

MC: ¡Papá!! (Como pidiéndole ayuda)

F: si la niña no quiere comer, no la obligues Cristina... A la fuerza, ni los zapatos entran...

¿Indirecta bien directa quizás...?

Como fuera, pero el médico percibió el tono áspero y rudo en que Federico Rivero se dirigía a Cristina...

>> Mientras que todos pasaron a la sala luego de cenar, Federico se encerró en el despacho...

Con los niños ya acostados, la plática de los adultos se extendió casi una hora... Hasta que Vicenta acompañó a Doña Consuelo a su recámara... Dejando a Cristina sola con el doctor...

AL: ¿Me permite decirle algo, Cristina...? (Camino hacia las escaleras)

C: claro que sí...

AL: no debería permitir que el Sr. Rivero le hable así...

Ella esbozó una sonrisa... Porque simplemente Federico era así. Tosco... Pero la amaba...

C: lo que sucede es que tú no conociste a mi marido como era antes... Te aseguro que ha cambiado mucho... Claro, que todavía le falta... Pero...

AL: nada justifica que un hombre se comporte así con una mujer...

C: yo agradezco tu consejo, pero yo sé cómo manejar mi matrimonio y la relación con mi marido...

AL: si, claro... Perdóneme... No quise sonar entrometido... Pero he sido educado para respetar y hacer respetar a las mujeres...

Medianoche y Federico no subía... ¿Seguiría en el despacho?? ¿O habría salido??

No lo pensó más, dejó de caminar en círculos en un espacio de la recámara y bajó.

>> Afortunadamente ahí estaba... Eso sí, con su inmenso metro ochenta ni tan bien acomodado en un sofá... Aunque si a Federico le preguntaban lo último que diría era que estaba cómodo...

Amarte DueleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora