•cap 3✓

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Isaac Connor


Luego del "entrenamiento", si es que así se podría llamar, desperté en una camilla en el laboratorio de Robert. Al principio no recordaba que había pasado, pero poco a poco los recuerdos volvieron a mi, junto con un dolor de cabeza insoportable, también me dolía un poco el hombro izquierdo, y mi muñeca izquierda estaba enyesada.

Brat estaba sentado en uno de los muebles que habían en el lugar, con la mirada perdida en la nada, se veía preocupado y muy pensativo, ese chico si que era buen amigo. Al notar que había despertado se acercó.

—¿Como te sientes? —pregunto frunciendo el ceño un poco preocupado.

—Estoy bien —afirme, iba a levantarme de la camilla, pero sentí un pequeño mareo que hizo que me quedara sentado —Estoy bien —repetí está vez para mí mismo más que para él.

—¿Seguro? No te vez tan bien como dices. —cuestiona levantando una ceja.

—Hablo enserio, estoy bien, pero gracias por preocuparte. — él se encogió  de hombros restandole así importancia al asunto.— ¿Las chicas están bien?

—Si, salieron a buscar a Ivy, después del accidente se fue, dijo que quería estar sola, desde entonces no aparece por ningún lado —Suspiro — la pobre debe sentirse muy mal y pensará que es su culpa.

En eso se escuchó el sonido de la puerta abrirse detrás de mi.

—Connor, despertaste ¿Como te sientes? —pregunto Robert tomando mi hombro, él era una especie de doctor y siempre se encargaba de las heridas que nos habíamos en los entrenamientos.

—Me siento bien, solo me duele la mano ¿Puedo salir ya? No me gustan las enfermerías.

—Bueno pues, si dices la verdad y estás mejor, puedes salir, pero ten mucho cuidado, no hagas tanta fuerza con tu brazo izquierdo, y trata de mantenerte calmado —sugirió el hombre de cabello azúl —te diste un golpe en la cabeza y casi te fracturas la muñeca derecha y estos golpes no deben ser tomados a la ligera.

Después de escuchar esas palabras, ninguno dijo nada más, así que me levanté para salir de la habitación, queria ver si habían encontrado a Ivanna y saber si estaba bien.

—¿Sabes? Me recuerdas a Hulk, el superhéroe —dije sonriendo —los dos cambian de color y se convierten en bestias super fuertes y poderosas y todo porque son unos científicos inconformes que experimentaron con ustedes mismos—comente en cuanto comenzé a caminar, sin ver su reacción pero imagino que era una de indignación, a él no le gustaba que le recordarán ese pequeño detalle que él mismo causo en él.

Al salir me dirigí a las habitaciones y no había nadie, así que salí de la mansión a ver si encontraba a la chica que provocó todo esto. Pase por la gran cancha, la piscina y el lago.

Nada, ni un rastro de ella.

Hasta que recordé un lugar al que nadie iba, excepto yo. Volví a la habitación y salí por la ventana para tomar las escaleras al techo, mire a todos lados y la vi. Estaba abrazando sus piernas y mirando el lago. Debió haberme visto cuando pase por ahí.

—Ivanna —murmure acercándome a ella.

—Dios, estas bien —dijo en cuanto me vio. Se levantó y me abrazó, pude sentir como sollozaba mientras me pedía perdón. Sentía como reprimía su llanto, supongo que para no parecer débil.

—Tranquila fue un accidente, no es tu culpa, además no fue nada grabe —dije para tratar de animarla un poco, pero seguía llorando.

—Enserio, lo siento tanto, no era mi intención —su voz estaba entrecortada— no sabía cómo parar.

Ivy's Memories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora