Mi verdadero paraíso

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Que aburrida es mi vida, al graduarme de Hogwarts solo tuve 2 opciones de trabajo, una era criar madrágoras en el este de Ucrania, y la otra opción era quedarme en Hogwarts ejerciendo como profesora de Adivinación en la infernal torre del cuarto piso. Ni lo pensé mucho, si aceptaba el trabajo en Hogwarts al menos estaría al lado de mi hija Sara Chang, hablé con el director Black y sin problemas me dio el puesto. No es que tuviera nada en contra de la Adivinación, de hecho se me daba muy bien y creo que nací con ciertas dotes de mentalista o algo así.
Veo un grupo de mis alumnos amontonados a un costado de una pared situada frente al Gran Comedor, ¿Ahora que hicieron estos chicos del demonio?
-Profesora Trelawney, mire esto!!!!. Yo misma vi a la secretaria del ministro colgarlo en la pared, es una pasada, si ya estuviera en sexto año podría participar- me dice Annabell Brown bastante entusiasmada, me arrastra entre la multitud y leo para mis adentros:
"El Ministerio de Magia estará otorgando plazas en 3 de los departamentos existentes.
Requisitos:
*Tener más de 17 años
*Tener conocimiento y práctica en hechizos aturdidores, potentes y/o maldiciones
Departamentos disponibles:
* Aplicación de la ley mágica (oficina de aurores)
*Departamento de accidentes y catástrofes mágicas
*Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas
Contactar con la secretaria del Ministro de Magia a través de la red flu

Termino de leer y se me hincha el pecho de la alegría, tengo la oportunidad de darle un poco de color a mi vida, algo de satisfacción laboral me vendría de maravilla. Me apresuro a la red flu del colegio, tomo los polvos en mi mano, los tiro con fuerza en la chimenea y digo en voz alta: Secretaría del Ministro de Magia, Londres. Cuando abro mis ojos lo primero que veo es a la señorita Sprouse sentada en su buró. Le explico el motivo de mi visita y sin mucha palabrería expreso que quiero pertenecer a la oficina de aurores
-Es bastante arriesgado Hortense, ese es el departamento que mas muertes reporta al año -replica y yo hago caso omiso a sus palabras
- Es lo que deseo, y estoy apta -digo de manera cortante
- Perfecto, el Ministro ha delegado en mi algunas de sus funciones y me dio el poder de contratar a los mejores para este puesto, te conozco de años Hortense y eres una bruja extraordinaria. Empiezas el lunes, suerte- me da la mano y se la estrecho con fuerza.
***
El primer día solo nos dedicamos a perseguir animagos no registrados (dificil para muchos pero no para mi que cuando me concentro puedo incluso leer mentes, legeremancia le dicen), un poco aburrido, pero al menos no tenía que estar encerrada en la estúpida torre de adivinación tomando té y enseñando a leer tazas. Mi mejor momento como aurora fue cuando un buen día de invierno Peter, Mattew y yo perseguíamos a unos prisioneros que habian escapado de Azkaban. El ministro nos había ordenado que los capturaramos vivos o muertos, y digamos que no tenía ganas de jugar a la poli buena hoy. Los encontramos bajo el puente Felmit
-Reducto!!! -grita Peter y derrumba a uno de ellos
-Petrificus totalus -Lanza Mattew pero no logra darle al otro prófugo.
-Avada Kedavra -un rayo de luz verde sale de mi varita y alcanza al segundo prófugo que cae muerto al instante, su sangre haciendo un charco,  manchando la nieve de hermosos colores, que bello paisaje tengo ante mi, la vida escapando de sus ojos, me encanta, esto es un jodido paraíso. Esto es lo que he querido en toda mi puta vida.

Fin

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