ARANZA:
El agua de aquella regadera barata caía sobre mi piel, quitando los rastros de jabón y espuma de mi piel mientras trato de encontrar la respuesta a la pregunta que llevo horas haciéndome:
¿Cómo carajos terminé en esta situación?
Mientras me duele absolutamente todo, desde los pies hasta la cabeza, el agua me calma ligeramente y me ayuda a recordarlo todo, una vez más...
Sentada en aquel bar que tenía solo unas semanas abierto y era la última moda, aunque yo personalmente no bebo, el chico frente a mí ya lleva 4 vasos de Cuba Libre en menos de una hora que llevamos aquí, llorando, montando una escena ridícula en medio del local, donde el resto del mundo parece hacer dos cosas, disfrutar de sus tragos y compañía o voltear a ver al único con un drama, mientras yo le doy un sorbo a mi piña colada sin alcohol, deseando que eso reduzca mi sensación de vergüenza por ser la que está con él.
¿Por qué llora?
Porque estamos "terminando".
Tal vez hacerlo aquí no fue la mejor idea, pero es que me quedaba cerca del trabajo, es viernes, estaba aburrida, ya quería terminar con esto y me gusta el ambiente en este sitio, pero tal vez no es el tipo de lugar en el cual sea buena idea terminar una "relación".
Pero él también exagera, solo tenemos dos meses viéndonos, sin planes, sin ataduras, ni siquiera es una relación formal, solo es algo casual entre dos personas que se veían eventualmente para pasar el rato, que se conocieron por medio de una app de citas cualquiera, no es como que estoy rompiendo un compromiso.
- ¿Por qué me quieres dejar? - Pregunta. - Creí que nos entendíamos muy bien, que estábamos bien.
Porque no me importa, simplemente ya me aburrí...
- ¿Quieres dejar de llorar? - Cuestiono yo. - Todo el mundo nos está viendo.
- ¿Cómo puedes ser tan cruel? - Insiste. - Yo creí que teníamos algo especial.
¿Algo especial? Solo sabes mi nombre de casualidad, porque te di un apellido falso para que no me sigas y te sea imposible encontrarme...
- Solo deja de beber y de llorar que estás haciendo una escena demasiado ridícula y vergonzosa en público. - Le digo tratando de esconderme detrás de mi mano, para evitar el contacto visual con el resto de los presentes.
- Es como si fueses de piedra. - Me reclama alzando la voz.
Dejo caer un suspiro porque solo hay una forma de salir de aquí sin empeorar la escena y terminar con todo.
Pero me costaba hacerlo demasiado hacerlo en mis cinco sentidos limpios...
Tomo su vaso de ron, del cual aún no había bebido casi, sin pensarlo, me lo bebo completo de un solo trago, mientras el alcohol casi quema mi garganta, el sabor a Coca-Cola me causaba nauseas, pero necesitaba una ayuda extra para salir de aquí con la cabeza en alta.
Sí, nunca bebo en realidad, aunque si he probado diferentes bebidas y tragos a lo largo de mi vida, pero ninguno me ha logrado atrapar, aunque el Ron y la cerveza son probablemente las que más odio, además, no me gusta la soda de ningún tipo o sabor tampoco (aunque admito que las que tienen sabor a uva y naranja suelen ser las que más fácil suelo pasar).
Definitivamente es la prueba de que la desesperación nos lleva a la locura, o tal vez solo libera nuestro peor lado.
- ¿Qué haces? - Me pregunta el llorón frente a mí.
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Decisiones Que Amo Odiar...
Romance"¿Odio o Amor? Simples decisiones que suelo tomar a la ligera..." Ingredientes para un cliché: ¿Triangulo amoroso? Sí. ¿Enemies to Lovers? Sí. ¿Decisiones impulsivas y estúpidas? Sí. ¿Típico Badboy popular? Más o menos. ¿Típico tercero en discordia...