Besties

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-Nay, bebé ¿te sientes bien? - Preguntó el más alto tocando la frente y el cuello de su amiga con sus manos para medir su temperatura, mientras ella solo asentía a su pregunta - No tienes fiebre, ¿segura que estás bien?

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-Nay, bebé ¿te sientes bien? - Preguntó el más alto tocando la frente y el cuello de su amiga con sus manos para medir su temperatura, mientras ella solo asentía a su pregunta - No tienes fiebre, ¿segura que estás bien?

— Suéltame, pato - Manoteo al chico lejos de su cara. —Acompaña a Irene a comer- Miro a la chica engullir el último pedazo de su tercera arepa y quedó en silencio un momento - O a lavar los platos, entonces. - Irene sonrió avergonzada encogiéndose de hombros.

— ¿Y tú no vas a comer? - Preguntó Jin, aún preocupado por el inusual comportamiento de su amiga.


— Ah, no. Ya comí - respondió ella, tomando el bolso que anteriormente había dejado colgando en una de las sillas del comedor.

— ¿Vas a salir? - Preguntó Irene viéndola arreglarse el cabello y respirar profundamente frente al espejo de la entrada.

— Si, vuelvo en la tarde. - dijo ganándose la mirada acusadora de ambos de sus amigos. — ¿Qué? No voy a hacer nada malo - Rodó los ojos al ver a la mayor cruzarse de brazos y levantar una ceja.

— Por favor, piensa bien lo que vas a hacer, Nayeon. No cometas más locuras - Jin la miraba con esos ojos que le suplicaban no hiciera algo típico de ella.

— No haré nada malo, chicos. Lo juro - se volteo hacia ellos y se acercó a darles un abrazo a cada uno. — Solamente tengo que hablar con alguien. Yo los llamo cuando termine - Se separó del abrazo con Irene, la cual, al igual que Jin, estaba estupefacta. Nayeon nunca era tan afectuosa, definitivamente algo le pasaba

Jin suspiró profundamente; le preocupaba, pero no la presionaría.

— Está bien, Nay. Si necesitas algo nos llamas, estaremos aquí todo el día ¿si?

— Bueno, todo el día es algo... - dijo Irene haciendo una mueca, sacándole así una carcajada a la pelinegra pero ganándose un golpe en el brazo de su mejor amigo — ¿Desde cuando me pegas, Kim Seokjin? - preguntó sobando su brazo indignada.

— Desde que haces comentarios tontos - Respondió el chico rodando los ojos — Y desde que me pegas cacho con la caraja del Makro. - agrego el chico en tono de reproche

— No vengas tu con tu cuerpo e' yuca. Que no se te olvide que tú me montaste cacho primero con el platanero. - Y así se generó lo que Nayeon llamaba "una pelea marital" de Jin e Irene.

La pelinegra aprovecho que sus amigos estaban absortos en su "discusión" y colocándose su tapaboca, se fue, no sin antes decir al aire un "chao, nos vemos más tarde"

Venecas In QuarantineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora