Especial

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You make me feel  ☆ Special ☆ xd 

Especial subido de tono suponiendo que ya son novios por cierto uu ¿y por qué hay Special? Pues porque estoy bloqueada mentalmente en cómo continuar con la trama :c Pronto empiezo clases, y eso me arruina y presiona más el cerebro :u
Bueno, espero lo disfruten :3 me demoré una vida haciendo este cap :"v

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La fiesta ya había acabado. Fue una reunión de amigos divertida, a excepción de lo que hicieron con Yamaguchi. Este se encontraba ebrio por culpa de sus compañeros que lo alentaban a beber y como el peliverde es tan permisivo, no pudo rechazarlos.

El rubio estaba un poco molesto; por ello, cuando vio que se pasaban con los tragos, no ocultó su cara irritante a los demás para que dejaran en paz a su Guchi.

Tsukishima se encontraba lúcido, pues él odiaba el alcohol y su sabor. No entendía cómo podían beber algo tan desabrido y amargo que quemaba tu garganta. Quizá por eso es que él prefería las cosas dulces y postres.

—Tsukki—y ahí estaba el lindo pecosito con sus mejillas rosadas y sus pequeños ojos adormilados, haciendo un adorable puchero—bésame, Tsukki.

El rubio suspiró enamorado. Había veces en las que Yamaguchi podía ser tan tierno como ahora, estirando sus finos labios hacia él para recibir en besito.

—Tadashi, primero entremos. Ni siquiera te puedes parar adecuadamente—dijo el rubio un poco burlón.

Entraron al departamento en el que vivían juntos desde hace cuatro meses. Con cuidado Tsukishima sujetaba al peliverde para llegar al sillón de su sala. El rubio se sentó primero para traer a su novio en su regazo.

Yamaguchi puso sus piernas a cada lado del rubio y lo abrazó del cuello. Se sentía más confiado en mostrarse cariñoso gracias a que no estaba en todos sus sentidos. Rápidamente, empezó a repartir besitos por toda la cara del rubio.

—Tsukki, te amo mucho—balbuceaba el pecosito repetidas veces.

El rubio no podía contener su fuerte rubor sobre su pálida piel. Su novio sin duda podía ser tan tierno y lindo.

Kei sostuvo los cachetes del peliverde y jugó con estas por un rato para luego besarlo en los labios. Le encantaba juntar sus labios con los cálidos y rosados de su novio.

De repente, sintió un agradable cuerpo húmedo empujando sus dientes. El rubio se sorprendió cuando se dio cuenta de que se trataba de la lengua de su pecoso, el cual la impulsaba insistentemente para ingresar.

Ellos nunca habían pasado de los besos con labios y abrazos cariñosos, simplemente por la inexperiencia de ambos y porque eran tímidos en ir un poco más allá. Por lo que cuando su novio hizo aquello, no pudo evitar sentirse ansioso y un poco desconcertado... ¿Acaso lo hacía porque estaba ebrio?

—Tadashi, p-para—le dijo el rubio apartando al peliverde—vayamos a dormir.

—¿Por qué tengo un novio tan guapo?—preguntó riendo para instantáneamente quitarle sus gruesos lentes y así besarlo con más facilidad.

Yamaguchi aprovechó que la boca del rubio se hallaba medio abierta para besarlo de la forma en que siempre quiso. Movió su boca de un lado a otro mientras succionaba los belfos de su querido novio con afán.

El peliverde, sin ser consciente del todo, cerró sus ojos y se dejó llevar. Metió su lengua para hallar el opuesto y juguetear con él.

Tsukishima estaba deseoso de más. Era la primera vez que se besaban de esa manera tan incitadora. Los sonidos que sus bocas provocaban, combinados con sus jadeos, eran tan excitantes para el rubio. Cada vez los besos que se daban se volvían más y más profundos.

El de lentes envolvió sus brazos en la delgada cintura del peliverde, disfrutando de la sensación y acercando cada vez más el cuerpo de su novio al suyo.

De la nada, Yamaguchi separó sus labios del rubio, provocando un quejido de fastidio en este. Tsukishima quería más. Eran adictivos los besos del lindo pecoso.

—Kei, estás duro—susurró traviesamente Guchi cerca de la oreja de Tsukki.

—¿Q-qué?

Al rubio se le subieron los colores en todo su rostro. Quitó rápido sus manos de la cintura del pecoso para cubrirse la zona que sobresalía demasiado por culpa de su erección.

—C-creo que ya es suficiente—dijo avergonzado el rubio—vamos a dorm-

Antes de que diga algo más, el peliverde lo empujó a lo largo del sofá. Astutamente, se sentó a horcajadas sobre la cadera de su novio. Guchi no quería parar. Quería seguir percibiendo esos agradables hormigueos en su estómago y el delicioso cosquilleo en sus labios cuando se besaban.

—Estoy como tú, Kei—llamó mientras se bajaba su pantalón para dejar a la vista el bulto que se formaba en su ropa interior—así que no te vayas.

Tsukishima se excitó aún más cuando escuchó a Tadashi hablarle con esa voz tan mandona e intensa. Amaba que su novio sea tímido y que hable de forma introvertida frecuentemente, pero el oírlo en una situación tan comprometedora con esa voz demandante y segura, lo estimulaba en demasía.

Súbitamente, sintió fuertes y excitantes corrientes deslizarse por su cuerpo.

No se había dado cuenta del momento en que Tadashi había bajado un poco sus pantalones para frotar su miembro contra el suyo. Ver a tadashi agitando su cadera, disfrutando del frenético roce sobre sus ropas interiores mientras soltaba deleitantes gemidos, solo nublaba más la consciencia del rubio. No pudo evitar jadear y suspirar junto con su adorado Guchi.

Tsukishima jaló a su novio hacia él para besarlo de nuevo, pero esta vez un beso más provocativo, más aventurero y estremecedor. El calor lo embriagaba cada vez más y la fricción de sus miembros era más desesperado y desenfrenado.

—Kei, m-más... mgh...más... ah— gemía su novio entre cada mordida, cada caricia.

El placer los cegaba y desnudaba los sentimientos de amor que tenían.

Tsukishima ya se encontraba a instantes de eyacular. Abrió ligeramente sus ojos para notar el rostro ruborizado de su amado en el que resaltaban sus pequeñas y hermosas pequitas, y en cómo su sensual pareja meneaba su trasero en busca de su intimidad. Ese fue el detonante para terminar eyaculando con frenesí debajo de Tadashi.

—¡Ah! mgh...Kei—se corrió el adorable peliverde para luego acomodarse cansado y somnoliento por tantas emociones antes desconocidas, pero plenamente satisfactorio para él.

No pasó mucho tiempo para que el peliverde caiga rendido y dormido en los brazos del rubio, y aún con su calzoncillo húmedo y mojado por la mezcla del semen de los dos.

Aún agitado y expectante por lo que había pasado, el rubio cargó a su novio y lo llevó a la recámara que compartían para así cambiarlo y vestirlo. Ya cansado, se acostó junto al chico que hacía latir su corazón desbocadamente para descansar abrazado a él luego de una larga y fascinante noche, no sin antes darle un cariñoso ósculo en su pequeña frente.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2021 ⏰

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