CAP 4: CONFESIÓN

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Habían pasado ya varios minutos desde que habían terminado de cenar, Luna junto a Pandora se encontraban en la cocina lavando los platos mientras que Rea volvía a sus labores, pero esta vez no se encontraba acompañada de Venus pues esta se tomó un descanso para así poder tratar las lesiones de Tierra, ambas se encontraban en la habitación de Venus, pero esta vez había algo extraño, algo diferente en el ambiente, en primer lugar estaba Venus que se sentía un poco culpable por haber colaborado con la creación de la vacuna para erradicar a la humanidad, esto sin antes consultar la opinión de Tierra, por otro lado estaba Tierra quien parecía estar ausente, mentalmente, esto debido a que no podía dejar de pensar en cómo debía explicarle a Luna lo que, posterior a la reunión, había sucedido, conducta que preocupaba más a Venus, por lo regular Tierra tendía a hablar mucho en estas sesiones y el hecho de que no lo hiciera solo podía significar que se había enfadado con ella, eso fue lo que pensó, pero Venus no es el tipo de persona (no sabía si escribir persona o planeta) que se queda con las dudas así que sin vacilar un instante pregunto.

Venus: Tierra... ¿estas molesta conmigo? –mientras vendaba el brazos izquierdo de esta-

La pregunta hizo a Tierra volver a la realidad, pero a la vez le dejo algo impactada ya que no se esperaba tal pregunta, esto hizo que se exaltara, ¿qué podía haber hecho ella para que Venus se sienta de esa forma?

Tierra: ¡¿molesta?! ¡¿Por qué estaría molesta contigo?! ¡¿Por qué crees que estoy molesta?!

Al mirar el rostro totalmente desorientado y exaltado de Tierra Venus comprendió que no era lo que ella imaginaba, pero entonces ¿porque se comportaba así?, bueno con toda la información que había recibido en el día era comprensible que estuviera algo ausente, eso fue lo que pensó Venus, quien no dijo ni una palabra durante varios segundos, acción que solo confundió aún más a Tierra.

Tierra: EH... ¿Venus? ¿Todo está bien? – preocupada-

Venus: Disculpa es solo que por un momento yo... yo pensé que te habías enfadado conmigo por lo de la vacuna, aunque bueno... en realidad no te culparía

En ese momento venus, quien aún estaba vendando el brazo de Tierra agacho la mirada para evitar que esta viera su rostro, al darse cuenta de las preocupaciones que pasaban por la mente de Venus, Tierra, gentilmente, coloco su mano derecha sobre el hombro de Venus.

Tierra: Venus yo no estoy, de hecho yo jamás podría estar molesta contigo

Ante estas palabras Venus levantó la mirada, entonces al mirar el rostro

Tierra: Venus, desde que mi cuerpo se debilito tu siempre has estado allí para mí, al igual que Luna, Pandora ,la señorita Sol e incluso Rea siempre están pendientes de donde estoy o de si estoy bien, en el trabajo, el señor Jupiter, Urano y Marte empezaron a invocar más materiales para que yo no tuviera que hacerlo y no me debilite más y Saturno... aun cuando a Saturno solo le gusta dormir y siempre está intentando escaparse del trabajo –algo decepciona-, desde que me enferme no ha dejado de buscar una cura a mi condición, es por ustedes y sus cuidados que puedo levantarme cada mañana, es por eso que yo nunca podría llegar a molestarme con ninguno, porque se lo mucho que se preocupan por mi y en cuanto a la vacuna, honestamente no estoy muy segura de lo que deba hacer, pero se que no lo hicieron con mala intención, lo único que querían era ayudarme y si el resultado fue esa vacuna es porque no pudieron conseguir otra solución para mi problema, aun así se lo mucho que se han esforzado y sea cual sea mi respuesta se que ustedes estarán allí para ayudarme y eso es lo que me motiva a seguir... ustedes son todo para mi... yo... yo los amo a todos -algo avergonzada-

En ese momento el rostro de Tierra dejo salir una encantadora sonrisa, una tan honesta y gentil que cualquier persona que la viera no se sorprendería si le dijeran que esa chica era un ángel, esa sonrisa era la encarnación misma de la pureza cosa que solo un alma inocente podría mostrar, entonces Venus pudo sentir como si se desprendiera de su espalda un gran peso, era como si de golpe todas sus preocupaciones hubieran abandonado su cuerpo, dejándole solo paz en su interior.

Una charla con tierra-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora