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—un momento— dije— la benzodiazepina, es... digamos que un grupo de fármaco, para provocar esa pérdida de memoria y el utilizarlo como sedante...

—debieron utilizar un medicamento con los componentes para lograrlo— completo Peter mirandome— tal vez... diazepam, lorazepam o alprazolam.

—¿el frasco no dice más nada?— pregunte

—no, pero al parecer si decía, se nota que algunas letras fueron borradas.— colocó el frasco dentro de una pequeña bolsa que decía evidencia, para luego quitarse el guante.

—¿y si dejaron ese frasco ahí por algún motivo?, ¿porqué quería que me escapara? Es obvio que no quiere que recuerde nada para que no lo puedan atrapar pero... ¿por qué no matarme junto con mi hermana? ¿Y si fue mi culpa?—dije caminando de un lado para el otro. Esto no tiene sentido, siento como mis mejillas arden, mire mis manos y estaba temblando.

Cuando era pequeña esto siempre me pasaba, pero solo por dos razones, por miedo... o por ira, y en este momento no se que es lo que siento, tenía mucho tiempo que no me sentía así.

—hey, cálmate— dijo Peter acercándose a mí y colocando sus manos en mis hombros, como lo hizo antes de que entraramos a este lugar— solo mírame,¿sí?—hice caso y fije mi vista en sus ojos—, nada de esto fue tu culpa, obviamente debe de haber un motivo, para esto.—Suspire ante lo que dijo, talvez el tenga razón.

—¿podemos irnos, por favor?— pregunte— no creo que recuerde algo.

—por supuesto— respondió, recobrando la postura— vamonos.

Al salir de la habitación, lleve mi mano hacia mi frente al sentí un pequeño dolor de cabeza, de seguro es por todo este caos. Peter me miró con algo de preocupación y hice un ademán con la mano restandole importancia, seguimos caminando y nos dirigimos al auto.

Cuando entramos apoyé mi cabeza en la ventana y solo fije mi mirada a través del parabrisas, pensando en cómo la brisa sacude las hojas de los árboles, los admiro mucho, porque así la brisa sople tanto que haga que algunas hojas se caigan, el árbol siempre va a seguir de pie... al pensar en eso me sentía tranquila, tanto que no me di cuenta de que Peter no había encendido el auto y que me estaba mirando... fijamente, y no pude evitar sonrojarme.

—¿te encuentras mejor?— me pregunto— te vez más calmada, aunque aún sigues algo sonrojada... pero sigues viéndote linda— rei por lo bajo algo nerviosa por su repentina declaración, creo que por la cara que puso, no lo quería decir. Dejo de mirarme y se acomodó mejor para encender el auto y empezar a conducir.

—Detective, ¿que va a hacer con el frasco?— pregunte luego de un largo e incómodo silencio, para alivianar el ambiente.

—oh si— dijo mientras tomaba su teléfono sin quitarle la vista al camino,— el frasco se lo daré a mi compañero, es un experto en este tipo de cosas.— respondio— disculpa pero... ¿puedes marcar su número, por favor? Necesito hablarle sobre esto.— dijo mientras me pasaba su teléfono.

—por supuesto— lo tomé.

—ah y Malia— lo miré— puedes llamarme Peter— me dio una mirada rápida.

—claro— sonreí y luego volví mi vista al celular— ¿como tienes registrado a tu compañero?— pregunte.

—esta registrado como Avery.

—listo, está repicando— dije,—no sabia que tienes un compañero.

—pues si— afirmo— bueno, aunque aparte de ser mi compañero es mi mejor amigo, el es muy inteligente pero así de inteligente es de terco.—sonrei.

Buscando al asesino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora