𝐒 𝐔 𝐏 𝐄 𝐑 𝐌 𝐀 𝐑 𝐊 𝐄 𝐓ෆ┊JayWon

𝐨 𝐧 𝐞

05 de Abril del 2021

Como de costumbre, la alarma sonó a las 8:00 de la mañana de un lunes, el día de la semana el cual Jungwon tenía establecido para ir a comprar todo lo que iba a necesitar para el resto de los días de la semana, de aquella forma, no tendría que "malgastar", según él, minutos de su vida para hacer la aburrida compra todos los días.

Se vistió y se puso los auriculares reproduciendo "Not Shy" de Itzy.

Salió de la casa, cerró con llave y se dirigió al supermercado a paso lento, realmente odiaba hacer la compra.

Tenía la costumbre de ir al supermercado sin lista de compra alguna, pues miraba lo que le iba a apetecer durante la semana y lo compraba. Es más, si olvidaba algo, no volvería allí, se aguantaría y comería las sobras que encontrase en la nevera. Jungwon realmente no entendía las personas que iban a comprar entusiasmadas, definitivamente el no era uno de esos, no le gustaba salir y tener que poner un pie para ir al super... Era de lo peor.

Mientras tarareaba la canción que sonaba en su reproductor de volumen moderado, puso la compra en la cinta para pagar e irse ya del lugar.

—Serán 58.90, por favor —dijo el cajero.

El castaño levantó la mirada, confundido.

Conocía las voces de todos los que le atendían diariamente y aquella claramente no estaba en la lista.

¿Un nuevo trabajador? Se preguntó mentalmente, mirando con curiosidad al chico y esperando a que levantase la cabeza para poder recordar su rostro.

Sí, esa era otra de las raras costumbres de Jungwon, a cualquier tienda, restaurante u hotel que iba, solía recordar caras y nombres de todo el que lo atendía, lo consideraba necesario.

Tras unos largos 20 segundos en los que Jungwon se dedicó a mirar fijamente al cajero de la tienda, este levantó su mirada al fin, extrañado porque no hubo ademán de pagar o respuesta de su cliente en ningún momento.

—Dije 58.90, por favor —habló nuevamente con un deje de incomodidad, mientras la mueca que formaba sus labios denotaba confusión.

Jungwon se quedó plasmado en el lugar, sin ser capaz de formular siquiera una sola sílaba. El hermoso rostro frente a sus ojos parecía estar tan cerca que un sofocante calor azotó sus mejillas con fuerza, tiñiéndolas de un rojo rosáceo.

¿Alguien tan lindo existe? Pensó, respondiéndose a sí mismo al parpadear, volviendo a la realidad.

—Sí, lo siento —el castaño notó como su propia voz temblaba, tartamudeaba sin quererlo. Estaba tan avergonzado, se sentía ridículo.

Sacó la billetera con torpeza y pagó lo acordado. Intentó mirar la placa de identificación del chico para así poder memorizar su nombre, pues no hacía falta esmerarse en recordar su rostro, de hecho no lo olvidaría en meses, qué digo, en años. Pero lamentablemente, Jungwon no logró encontrar identificación en el uniforme del chico, concluyó que aún no lo tenía por ser novato en el lugar, sin embargo, aquello hizo que se sintiera algo decepcionado y que la incertidumbre de no saber cómo se llamaba carcomiese la curiosidad.

No le preguntaría ni loco como de llamaba, por Dios, que vergüenza.

Ni siquiera se molestó en mirarle de nuevo, temiendo a volver a experimentar el molesto bochorno en sus mejillas y tener aquella extraña sensación de atontamiento estupefacto. Guardó la compra en una bolsa aún perplejo, ¿cómo el mirar a alguien le había hecho sentir que desfallecía de aquella manera?

Jungwon no podía irse, no sin saber el nombre de aquel chico enviado del mismísimo cielo que se había cruzado en su camino.

—Disculpe... ¿Cómo se llama? —Le miró nervioso, viendo como el otro lo miraba extrañado, lo cual hizo que Jungwon se arrepintiera de su pregunta al instante.

No respondió.

Jungwon sintió que nuevamente, había hecho el ridículo y como era de esperar, sus mejillas y orejas volvieron a calentarse.

—Perdón por preguntar eso —dejó un suspiro salir de sus labios y haciendo un berrinche mental, se dispuso a salir del comercio.

O eso era lo que tenía pensado hacer, de no ser por el agarre en su brazo que obligó al joven a detenerse.

—Jay, me llamo Jay Park.