𝐒 𝐔 𝐏 𝐄 𝐑 𝐌 𝐀 𝐑 𝐊 𝐄 𝐓ෆ┊JayWon

𝐬 𝐢 𝐱

Realmente había perdido la cuenta de los días que llevaba madrugando. El molesto sonido de la alarma, nuevamente, inundó los oídos del castaño. Lo primero que hizo fue tomar el celular, entrecerrando los ojos para enfocar su vista en las notificaciones que había recibido en la noche.

!Jay! Se golpeó mentalmente al observar que había respondido tan sólo un par de minutos después, en cambio él, había tratado toda una noche.

JayJay💞

¡Hola! Soy Jungwon

¡Hola!
¿Te gustaría salir conmigo mañana?
Al parecer me han dado el día libre

¿Cómo podía haberse olvidado de responderle al pelinegro? Le respondió lo más rápido que pudo, intentando justificar su tardía con una excusa creíble.

JayJay💞

Sí, Jay
Perdón por no responder ayer, tenía cosas que hacer

Dudó en si poner un emoji de corazón o no, pero al final no lo hizo.

Jay le respondió a los pocos segundos, provocando aquello que Jungwon se si fuera aún peor por haberle hecho esperar tantas horas.

JayJay💞

No te preocupes, Wonnie
Entonces...¿a que hora?

¿Te va bien en media hora?
Quedamos en el super

Está bien, en media hora te veo
¡Hasta luego!

Jungwon no supo que responder después de aquello, así que arrojó el móvil en la cama y chilló de alegria, empezando a prepararse con la emoción recorriendo sus venas y como de costumbre, con las mejillas ardiendo por culpa del apodo inesperado.

Una cuadra antes de llegar le escribió a Jay.

JayJay💞

Ya casi llego

Guardó el aparato y siguió caminando, algo nervioso.

Alrededor de medio mi uno después, le vio, allí, esperándolo.

Le hubiera gustado correr hacia el y abrazarlo, pero creyó que aún carecía de confianza para hacer aquello, por lo que lo saludó con una pequeña reverencia.

—Hola —dijo, con la media sonrisa decorando su rostro.

—Hola Wonnie, ¿vamos a caminar?

—Sip —contestó, con un tono de voz de los mas tierno al parecer de Jay.

—Y, ¿vives solo? —habló Jay, intentando sacar tema de conversación.

Jungwon solo asintió con la cabeza. Jay notó que el brillo de sus ojos de había apagado un poco, pero no hizo demasiado caso.

—¿Y tus padres?

—No están—el mayor miró hacia otra parte algo incómodo.

—¿Donde están?

—Jay, ya no están más.

Jay volteó para mirar a su mayor y al notar sus cristalinos orbes y su expresión melancólica, supo que acaba de cagarla.

—Mierda, perdóname, Jungwon.

Jay envolvió al angelito entre sus brazos sin vergüenza, después de todo, las dos semanas que llevaban viéndose eran suficientes para saber que Jungwon era una gran persona, y un gran amigo.

En un intento de evitar el inminente llanto, Jungwon mordió su labio inferior. Pero no le sirvió demasiado, pues segundos después estaba derramando lágrimas y moqueando en la camisa del pelinegro.

—Lo siento —había logrado murmurar el castaño.

—No hay necesidad de disculparse, angelito, soy yo quien debe hacerlo —explicó con un sentimiento abundante de culpabilidad, acariciando los sedosos cabellos que Jungwon poseía.

—Sentémonos, quiero contarle lo sucedido.

Jungwon se paró con cuidado, secando los restos de humedad en su rostro con el dorso de la manga de su sudadera.

Park le miró con preocupación, esperando que no fuese demasiado incómodo para él contar cómo sus seres queridos habían fallecido.

—Bien...

Jay tomó la pequeña mano de Jungwon para dirigirse junto a él a un banco que había por allí cerca.