𝐧 𝐢 𝐧 𝐞

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Jungwon tenía una mano en su pecho y otra cubriendo su rostro por el reciente susto de la película.

—Dios... que susto —musitó.

El pelinegro, a su lado, rió levemente, Jungwon desprendía tanta dulzura. Cuando se asustaba daba pequeños saltitos en el sitio, soltando alguno que otro chillido y haciendo el además de agarrar algo.

Jay le tendió el brazo al mayor.

—Agárralo y cuando tengas miedo apriétalo fuerte.

El pequeño asintió y se aferró a Jay lo máximo que pudo, agarrando fuerte su brazo, como le dijo, y también, apoyando su cabeza en el hombro del menor.

Después de un rato, el suficiente para que el castaño volviera a estar tranquilo, otro screamer se hizo presente en la pantalla.

—AH DIOS QUE HORRIBLE, QUE HORRIBLE, ¡TIENE LOS OJOS BLANCOS!

Chilló y se abrazó fuerte al brazo de Jay, escondiendo su cabecita ahí mientras el pelinegro se reía de los comentarios de San.

—¿De qué te ríes? Pero... ¿Tú la has visto? ¡Tenía los ojos blancos! ¿No te ha dado mucho mucho mucho miedo? Porque a mi sí. —hizo un puchero.

Jay de quedó observando cada uno de los movimientos de Jungwon, su pequeño Wonnie.

Y no se resistió, de verdad que no pudo resistirse dejar un besito sobre aquel puchero.

—Y... ¿Y eso? —Cuestionó el castaño mientras se transformaba lentamente en tomatito-wonnie.

—Perdón, yo... Eres muy lindo, Jungwon —dijo Jay algo avergonzado.

Y otro susto apareció en la pantalla, pero Jungwon estaba tan pendiente de su Jay que ni se dio cuenta de eso.

El mayor se acercó otra vez tímidamente y unió sus labios, empezando con un lento vaivén que el pelinegro no dudó en corresponder.

Después de unos segundos se separaron por falta de aire.

Temiendo ir demasiado rápido, Jungwon abrió y cerró la boca un par de veces, pero las palabras no le salían. Pensó en cómo podía expresar sus sentimientos sin que sonase demasiado extraño y tras unos segundos de silencio, habló.

—Jay, creo que me atraes... Un poquito, es decir, tengo interés en ti, pero no tanto —Jungwon se calló unos segundos, prosiguiendo con su habla poco después —. Me refiero a que, ya sabes, tú...

El castaño se calló en cuanto escuchó la risita proveniente del chico a su lado.

—Wonnie... Me siento de la misma forma, pequeñito.

Aquella noche Jungwon estuvo pensando en cómo se sentía respecto a su menor, en si realmente sentía atracción pasajera por él o con el tiempo podría llegar a gustarle

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Aquella noche Jungwon estuvo pensando en cómo se sentía respecto a su menor, en si realmente sentía atracción pasajera por él o con el tiempo podría llegar a gustarle.

Todo era demasiado confuso para el.

𝐒 𝐔 𝐏 𝐄 𝐑 𝐌 𝐀 𝐑 𝐊 𝐄 𝐓ෆ┊JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora