𝐒 𝐔 𝐏 𝐄 𝐑 𝐌 𝐀 𝐑 𝐊 𝐄 𝐓ෆ┊JayWon

𝐟 𝐢 𝐧 𝐚 𝐥

Habían pasado semanas desde el primer beso entre los dos chicos. Se había hecho costumbre para los dos juntarse un par de veces a la semana para ver películas mientras se daban cariño mutuamente. Intercambiaban besos en los labios como algo cotidiano y Jungwon estaba más que feliz por ello, pero él no quería estancarse allí, él no quería que Jay y él tan sólo fuesen amigos que se besan.

Aquella tarde, la película de miedo por la que había surgido todo se reproducía en la televisión. Jungwon estaba acurrucado en el pecho de Jay mientras trazaba circulitos imaginarios con sus dedos índice en él.

—¿Me das un besito?— dijo Jungwon, levantando su cabeza para mirar al chico.

—¿Otro?

—El último porfi— habló con sus ojitos brillando en súplica, haciendo un puchero y alargando la "i".

—Eres tan adorable, Jungwon.

Y dicho aquello, Jungwon se incorporó y cerró los ojitos para recibir el beso de Jay, pero nunca llegó. Jungwon sintió tristeza y miró al pelinegro con la cabeza ladeada.

—¿Mi besito?

Jay palmeó sus piernas.

—Sólo te lo daré si te sientas aquí.

Jungwon se ruborizó levemente, pero aún así aceptó, sentándose en el regazo de Jay. Aquella situación le emocionaba, habían llegado a darse besos largos pero jamás en esa posición, a los ojos de Jungwon, tan romántica.

—Ahora dame mi besito.

Jay puso sus labios sobre los de Jungwon, haciendo un poco de presión, y luego se separó, dejándolo confundido.

—¿Sólo eso?

—¿Cómo lo quieres si no?

—Como los de antes...

Jay sonrío y juntó otra vez sus labios, creando un vaivén con una perfecta sincronización entre los dos. Jungwon sonrió levemente entre el beso y pasó sus brazos por el cuello de Jay para profundizarlo, mientras este último posaba sus manos en la delgada cintura del castaño, dando leves caricias sobre la misma con sus pulgares. Se separaron unos segundos y se miraron jadeantes; Jungwon con una notable adoración hacia el menor y Jay completamente enternecido por su mayor. Pasaron unos segundos y volvieron a lo de antes, esta vez Jay metió su lengua en la pequeña cavidad bucal de Jungwon, quien se dispuso a hacer lo mismo, haciendo del beso uno puro y apasionado.

Unos segundos después, se separaron por falta de aire y Jungwon se recostó en el pecho de Jay.

Jungwon decidió que ese era el momento. Con los nervios a flor de piel y su corazón latiendo desenfrenadamente, cosa que Jay notó, alzó la vista, encontrándose con los profundos ojos del chico que tanto le gustaba.

—Jay— comenzó a decir—, por favor, sé mi novio.

Decir que Jay estaba sorprendido sería mentir descaradamente. El pelinegro río por lo bajo, dejando un prolongado beso en su frente.

—Hey, ¿no es pregunta?

Bromeó y Jungwon hizo un mohín, rogándole con la mirada que aceptase.

—Bien, bien, es broma— aclaró su garganta entre risas, frotando su nariz con la de su chico—. Claro que seré tu novio, bebé.

El tan esperado momento había llegado y ambos rebosaban de felicidad. Jungwon dejó muchos piquitos en los labios de su novio, ganándose escuchar la melodiosa risa que tanto le agradaba oír.

—Te quiero mucho, mi Jay.

-Te amo, mi Wonnie.

Fin