𝐒 𝐔 𝐏 𝐄 𝐑 𝐌 𝐀 𝐑 𝐊 𝐄 𝐓ෆ┊JayWon

𝐭 𝐡 𝐫 𝐞 𝐞

Un día después de lo ocurrido, volvió a sonar la alarma, como siempre, a las ocho de la mañana. La única diferencia, era que estaba soñando un martes cuando debía soñar los lunes.

Jungwon, molesto, se levantó de un salto del susto y apagó la alarma, murmurando alguna que otra grosería. (Cabe decir que con "groserías", me refiero a "boba alarma" o "alarma tonta", ya que aunque se lo propusiera, Jungwon no podía insultar ni a una mosca)

Pero a lo qué iba, ¿Por qué la alarma estaba sonando un martes? ¡Él hacia la compra los lunes?

Y ahí lo recordó.

—¡Jay Park! —Chilló emocionado y empezó a vestirse.

Y ahí estaba de nuevo, no sabía que comprar, así que se limitó a coger un paquete de chicles y una botella de agua, esperando impaciénteme su turno para pagar.

Cuando por fin llegó sonrió emocionado y miró al chico frente a él.

—Hola— dijo, haciendo que el pelinegro levantar su mirada.

—Oh, ¡Jungwon hyung! —Le sonrió Jay— ¡Hola!

Jungwon se sonrojó, Jay amplió su sonrisa.

—Jungwon hyung, se ve bonito cuando se sonroja —Rió levemente, el rubio cada vez le parecía más tierno, de hecho, Jay ya pensaba que Jungwon era la cosita más adorable que existía.

—Tu hermosa sonrisa es la que hace que me sonroje —susurró Jungwon para sí mismo, avergonzado.

—Te escuché —Jungwon se atragantó con su propia saliva, mirando asustado a Jay.

—¿Mi sonrisa es hermosa? —Preguntó Jay, sonriendo aún más.

—Me tengo que ir. —Murmuró Jungwon torpemente, rápidamente sacó un billete, se lo tendió y salió corriendo.

—¡Jungwon hyung! ¡Su cambio! —Chilló el pelinegro, alzando el billete.

Pero Jungwon ya se había ido, de nuevo, más rojo que un tomate.

Jay dejó el dinero en la cara de nuevo lentamente y suspiró.

—Su sonrisa si que es hermosa, Jungwonnie hyung.

Dijo para sí mismo, con una pequeña sonrisa al pensar al castaño sonriendo, con sus ojitos casi desapareciendo, con aquellos tiernos hoyuelos decorando sus mejillas.