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Langa hasegawa
Langa no te había llamado o mandado un mensaje, eso te preocupaba, ya que, tus mensajes le llegaban pero no los leía, tus llamadas no las atendía y algunas las llegó colgar. Pensaste que hiciste algo mal, pero nada, que tu recuerdes.
Para asegurarte que este bien, te preparaste para ir a verlo y pasar la tarde juntos como de costumbre. Llegaste y su madre te abrió la puerta con una amable sonrisa, te dijo que Lamga había estado así y que no había siquiera salido a comer. Te pusiste enfrente de su puerta y tocaste con la esperanza de que te abra.
-cariño, ¿me dejas pasar?- hablas delicadamente. Silencio, nada te respondió
-sabes que me puedes contarme lo que sea- volviste a hablar- No soy tan buena con las palabras, pero te puedes recostar en mi pecho y relajarte- seguiste un poco tímida
-Langa, ¿hice algo que te moleste, cariño?- pegaste tu cabeza en la puerta esperando
Unos segundos no se escucho nada, pero el peliazul con tus últimas palabras pensó que entenderías otra cosa. No paso mucho para que te deje pasar, abrió un poco para que puedas entrar.
-no tiene nada que ver con nosotros, tranquila- su voz era muy decaida y su mirada estaba en el suelo
No dijeron otra palabra ninguno de los dos y simplemente se dirigieron a su cama, apenas se acostaron y ya se había refugiado en tu pecho intentando estar lo más cerca de ti. No sabías que decir o hacer, te limitaste a acariciar suavemente su cabello, acariciando unos mechones suavemente.
Pasaron varios minutos y seguían sin hablar, hasta que el ojiazul decidió romper ese silencio.
-podemos ver una película si quieres- murmuró débilmente- o podemos hacer lo que sea
-traje tus bocadillos preferidos por cierto ¿quieres comerlos?- dices levantando su carita y mirándolo a los ojos
Asintió levemente y lo intentaste separar de ti para ir a buscar los aperitivos. Pero Langa se aferró más a tu cuerpo, evitando que te alejes o siquiera te muevas.
-quédate un rato aquí, así, porfavor- te suplicó
- esta bien, me quedaré aquí, no me iré-lo apegaste más hacia ti y el sólo ocultó su rostro en tu cuello
Pasaron minutos en esa cómoda posición, luego fueron horas, en la cuales, no intercambiaron muchas palabras.
-cariño... mmm, me preocupas mucho y..., quería saber si tú me querías contar que te pasa, claro, si tú quieres- Le preguntaste intentando sonar lo menos brusco
No hubo respuesta por unos segundos, te desanimaste un poco, pero luego te respondió.
-hoy..., hoy es el aniversario de la muerte de mi papá- mientras lo decía, sentiste pequeñas lágrimas mojar tu ropa- lo extraño tanto
Lo apretaste aún más a tu cuerpo luego de eso, sabías que no seria suficiente pero realmente no sabías que hacer. Langa se desahogo en ti, te contó cosas se su padre, cosas asombrosas de el. Platicando se les fue el tiempo, un poco más tarde ya estaban en camino al cementerio en el coche de su madre. Compraron unas flores blancas para ponerle. El ambiente era relajante, el viento soplaba en ocasiones muy fuerte, por lo que, Langa paso uno de sus brazos por tus hombros para pegarte a su pecho.
- me hubiese gustado que hayas conocido a mi padre, probablemente te hubiera querido llevar a Canadá para patinar con nosotros- te dijo mientras observaban la tumba de su padre
Agarraste su mano y la entrelazaste con la tuya.
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Semanas despues
-"____"- te llama tu pareja y lo volteas a ver poniéndole atención- vayamos a Canadá y tengamos 4 hijos y un hámster - te dice con brillos en la cara decidido
-¿¡a-ah!?, ¿có-cómo?
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