Inocente Esperanza

~17~

Capitulo 17.— La verdad.

HoSeok siempre fue una persona que no se metía en los asuntos de los demás, aunque también es una de las tantas reglas de su hogar, pero simplemente la vida de su hyung también le llamaba la atención, Suho nunca les contó nada sobre su vida, sabe que tuvo un romance pero sólo por Taemin. Realmente nunca supo de quién fue esa persona a la que su Hyung amó tanto.
Ahora mira a Hwasa con incredulidad, ¿De qué habla? Se preguntaba el ángel.

— ¿Junseo? —alguna vez escucho ese nombre.

— HoSeok, no sé si recuerdes tu vida en la Tierra —Hoseok negó.— vaya, que mal por tí...

— Sólo dime, ¿Quién es él?

— Te lo diré, sólo para que te alejes de Suho y veas cómo es realmente, sería lo mejor para los tres

HoSeok la miró seriamente.— Habla ya

— Hace muchos años... Cuando era un demonio novato —Hoseok se confundió.— para explicarme, nunca había salido del infierno hasta ese año, comencé con la cacería de almas, era demasiado buena la verdad pero de pronto lo conocí...

~flashback~

Hacía mucho frío esa noche, Hyejin se estaba congelando, el callejón estaba oscuro y nadie pasaba por ahí, se sentía débil necesitaba calor sino caería sin fuerzas al pavimento, camino por el callejón intentando salir a la luz pero sus piernas no le respondían, temblaban en cada paso que daba hasta que por fin cayó, temblaba mucho ya que el piso estaba aún más frío y estaba húmedo, no podía pedir ayuda, se encontraba débil y se sentía impotente, de pronto alguien le coloco una chaqueta sobre sus hombros, se sobresalto y se asusto al principio, es persona se puso frente a ella, se agachó, le acomodó la chaqueta y la miró con una sonrisa cautivadora.

— Parece que los demonios no soportan la temperatura baja —dijo con un poco de burla en su voz.

Hyejin abrió sus ojos sorprendida.— Tú...

— ¿Cómo lo sé? —ella asintió.— por tus ojos y tal vez también por tu comportamiento con el frío... Los humanos lo soportan más que ustedes

— ¿Los humanos? ¿Acaso tú no eres uno?

Él se rió.— ¿Parezco uno? —sonrió ladino.— entonces hago bien mi trabajo

Fue entonces que sus ojos se vieron azules claros por un segundo, él le guiñó el ojo.

— Eres un maldito ángel

— Vaya gracias, ven te ayudaré a llevarte a un lugar cálido

— No, no dejaré que un estúpido con aureola me humille

— De donde yo vengo se le dice ayuda, déjame ayudarte

— No, ya te lo he dicho, mejor ve y haz milagros

— Yo no hago milagros

— Vete a aletear por allí, ve a una iglesia, vete a decirle a alguna virgen que será madre no lo sé vete

— Eso fue muy ofensivo... Pero si eso quieres me iré

— Llévate tu estúpida chaqueta —ella se quitó la chaqueta y se la lanzó al ángel.

El ángel sonrió burlón y recogió su abrigo.— Está bien, por cierto cuídate de la lluvia

— ¿¡Lluvia!?