2. Molestia.

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A la mañana siguiente Tetsu fue levantado por los constantes golpes en su puerta, apenas eran las 6 de la mañana cuando se levantó y abrió la puerta.

Era el tipo que había ayudado la noche anterior.

Tetsu frunció el ceño al verlo parado frente a él luciendo esa sonrisa de "yo soy mejor que todos" en su rostro mallugado por la golpiza que le dieron.

—¿Qué quieres?

—Me aburría.

El peliplateado frunció aún más el ceño al escucharlo.

—¿Y eso que tiene que ver conmigo y con que estés frente a mi puerta a las 6 de la mañana?

—Dejame entrar.

—¿Cómo porqué tendría que hacerte caso? —Gruñó Tetsu.

—Oh, sí, entiendo, ¿¡Oh, eso es una rata!?

Tetsu alarmado se giró para mirar dónde el rubio había señalado. —No veo nada. —Contestó buscando con la mirada rastros del roedor en el apartamento.

—Oh, no hay ninguna rata en realidad. —Se burló Monoma.

Para cuando Tetsutetsu se dió cuenta el rubio había entrado a su apartamento y hurgaba en su cocina, más específicamente en su refrigerador.

—¿No tienes comida o qué? ¿Eres de esos que no tienen nada más que bebidas deportivas o agua embotellada? Haz algo de comer tengo hambre. —Ordenó con una botella de Gatorade de naranja en la mano.

—No te di permiso de entrar a mi casa y estás robando mis bebidas. —Tetsu se quejó arrebatándole la botella de las manos para volver a colocarla en el refrigerador. —No puedes venir a mi casa y hablar como si fueras el dueño del mundo.

—Y tú, —Señaló el rubio. —no puedes tratar así a un invitado.

—¡No eres un invitado! ¡Entraste a apartamento sin permiso! Y eso, —Señaló el peliplateado. —es un delito.

Monoma alzó una ceja. —¿Por qué estás molesto? No entiendo el motivo de enojarse por eso.

—¿Qué? ¿Eres un demente o algo así?

Neito se encogió de hombros. —Podría o no serlo, no lo sé, no me importa nada más que yo, así que diré que no, no soy un demente.

Tetsu lo miró como si le hubiese crecido una segunda cabeza en el hombro. —De verdad que eres…¿Sabes qué? Largo de mi casa. Ahora. —Ordenó señalando la puerta. —No vuelvas a entrar sin mi permiso.

El estómago del rubio gruñó debido al hambre.

Tetsu hizo una mueca, por más molesto que fuera el rubio el peliplateado se sentía culpable al dejarlo con hambre. —Te haré algo de comer pero después te irás y no volverás ¿Okey?

Monoma no contestó.

Tetsu suspiró con resignación.

El desayuno no fue silencioso debido a que el rubio comenzó a hablar de que había probado mejores comidas antes y la mayoría eran de chefs de 5 estrellas o una mierda así.

—Si no te gusta no lo comas. —Le había dicho, cansado de que criticará su comida.

Él se rió. —No dije que no lo comería, tampoco está tan mal. —Añadió en un murmuro que aún así Tetsu pudo escuchar.

Tetsu sonrió levemente pero se regañó mentalmente y continúo comiendo en silencio mirando de vez en cuando al rubio frente a él.

El ojo morado había pasado a ser de un color verde ahora que estaba menos hinchado, Tetsu se encontró pensando en ¿cómo se vería el hombre sin ese feo moretón en el ojo y sin esos rasguños en el rostro?

Desechó esos pensamientos rápidamente. No era como sí estuviera interesado en un tipo tan maleducado como el rubio.

.

Cuando el rubio se fue eran las 8 de la mañana, Tetsu se duchó y se lavó los dientes preparándose para ir a trabajar.

Su auto tenía manchas de lodo seco en el asiento del copiloto y algo de sangre seca también.

Tetsu anotó mentalmente un recordatorio de que tenía que llevar a lavar su auto más tarde.

Kendo le sonrió cuando se encontraron en el ascensor. Él le devolvió la sonrisa.

—Buenos días, Kendo.

—¿Sucedió algo? Te vez algo diferente.

—¿Diferente cómo?

—Bueno, luces menos estresado, más relajado. No te había visto así en años, ¿Sucedió algo bueno?

Tetsu se burló al pensar en el rubio que se había colado en su apartamento esa mañana.

—No creo que sea algo bueno en realidad, es más una molestia.

—¿Una molestia? ¿No sería raro estar menos estresado después de tener esa molestia como la llamas? —Preguntó confundida.

—Supongo que sí es algo raro. —Contestó el peliplateado pensando en el rubio empapado por la lluvia mientras se quejaba tirado en el callejón, lleno de lodo y con el ojo morado. —Pero sigue siendo una completa molestia. —Respondió encogiéndose de hombros.

Kendo lo miró sin entender pero no preguntó más sobre esa "molestia" de la que su amigo hablaba, igual no era su problema.

—¡Buenos días! —Saludó la azabache al verlos salir del ascensor.

—Buenos días, Yaomomo. —Respondieron ambos.

Kirishima que estaba sentado a un lado de Tamaki (el chico de la cafetería que solía llevar los desayunos para los que no tuvieron tiempo de hacerlo en su casa) le preguntó con la mirada que le había pasado la noche anterior.

—Surgió algo a última hora y no pude llegar. Lo siento. —Respondió.

Denki sonrió despreocupado. —No te preocupes Bro, lo entiendo, pero la próxima vez sí debes venir.

Tetsu sonrió. —Lo haré.

—Sea lo que sea ese imprevisto, parece que te hizo bien, luces menos estresado. —Felicitó el rubio eléctrico golpeándole el hombro con su puño con una sonrisa pervertida en el rostro. —Picarón.

Tetsu se sonrojó. —Eso no es...

Todos lo ignoraron y volvieron a trabajar.

Tetsutetsu hizo un chasquido con la lengua y suspiró rendido, daba igual lo que pensaran sobre el imprevisto, de todas maneras estaban muy alejados de la realidad.

—Debería ocuparme de mi auto mejor. —Se dijo buscando la dirección de un lavado de autos al que pudiera ir a la hora de la comida.

Inconscientemente pensó en dónde comería el molesto de su vecino al no tenerlo como chef personal como en la mañana.

Era una molestia tener al desconocido de su vecino rondando en su mente, Tetsu se rascó la cabeza confundido.

¿Por qué pensaba tanto en ese hombre rubio? Ese tipo era una total molestia y una persona muy maleducada, justo lo contrario a Tetsu una persona así no podría ser nada más que un enemigo para la bondad.

Tetsu decidió nombrar al rubio como su enemigo.

Pedazo de Mierda [Tetsutetsu x Monoma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora