III. Un lugar poco hospitalario

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Cuando entré a ese lugar, varias preguntas comenzaron a rodar dentro de mi cabeza, entré en pánico, creía que el sujeto esperaba a que me metiera a la casa para sorprenderme y preguntarme - en el mejor de los casos -, por qué lo seguía.

Desde que lo vi por primera vez supe que escondía un secreto, posiblemente estaba siendo muy fantasioso al decir que escondía algo, o que lo que encontraría sería algo grande, a lo mejor solo era un indigente pero mi voz interna me decía "que tal y no", absolutamente cualquier cosa podía pasar. 

Corría mucho peligro si entraba, pude no haberlo hecho de no ser porque recordé mi libro. Ya no se trataba de ciencia ficción, de algo que al hacer tenía que justificar, esto era la vida real, esto era una anécdota la cual varias personas querrían leer.

- Claro, en caso de ser algo grande y de salir con vida - pensé en voz alta.

La casa era inmensa y se veía muy resistente, no parecía estar al punto de colapsar, lo único que la hacía ver mal era que estaba muy vandalizada. Se habían llevado todo lo de valor como los tubos del agua, estaba totalmente explotada la casa.
Comenzaba a anochecer y el lugar destilaba inseguridad, estaba exponiendo mi vida y no había analizado las consecuencias que esto llevaba, no había pensado en cómo podía afectar a mis padres el que me pasara algo. 

Botellas de alcohol, preservativos, muñecos, velas, basura de todo tipo había en ese lugar. No sabía en donde se había metido ese señor, recorrí cada cuarto de la casa y no estaba en ningún lugar, me dio algo de miedo el pensar que me estaba observando así que caminé a prisa decidido a salir de allí.   

Bajé las escaleras y vi una luz que no había notado antes, posiblemente porque ahora ya era de noche, venía de la cocina y era muy sutil. Caminé hasta ese lugar y me enteré que había una puerta media oculta detrás de la puerta de cocina; es decir, cuando había entrado por primera vez la puerta estaba abierta y es por eso que no la noté, ahora gracias a que la deje emparejada y a la luz, la había descubierto.

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La abrí y me adentré, eran varias escaleras que estaban de bajada y que conducían a un sótano el cual estaba muy oscuro, el olor que emanaban las paredes y el suelo era asqueroso, era como si alguien hubiera vomitado algo putrefacto.

El lugar era amplio, casi del tamaño de la casa. Volteaba a todos lados intentando ver algo, en un giro hacia el suelo creí observar un calcetín en el lúgubre escenario, me desconcertó pero me acerqué para examinarlo ya que el lugar era demasiado oscuro y podía ser cualquier otra cosa.

Lo tomé y sí era un calcetín, un poco mas adelante había otro y delante de ese un pantalón. Era como si alguien se estuviera desvistiendo mientras caminaba, en ese momento pude regresar pero tenía curiosidad de encontrar algo,
- Ojalá no sean personas teniendo relaciones - pensé y me reí un poco, escribiría acerca de un sujeto que espía a dos personas.

Continué caminando y entonces vi otra prenda, esta vez era una camisa, al levantarla me dí cuenta de que era del señor que había entrado a la casa, comprendí que era la ropa de él. ¿Se había metido a ese lugar para desnudarse? ¿allí vivía? ¿o tal vez era un enfermo?, no podía responder eso en ese momento, simplemente tenía que continuar caminando hacia donde conducía la ropa...

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Seguí caminando con cautela y en eso una rata pasó a un lado mío, me hizo gritar, rápidamente cubrí mi boca y me oculté - puesto que era obvio que el señor estaba allí -. Intenté ver algo o escucharlo pero no lo conseguí, era seguro continuar caminando. Di algunos pasos más y encontré unos calzones (esos no los tomé), enfrente estaba una puerta emparejada.

Detrás de la puerta había más escaleras, las bajé con mucho cuidado. A partir de ahí el olor era insoportable, tuve que continuar con mi mano sobre mi nariz y boca.

Las escaleras no terminaban, eran demasiadas, cada vez sentía menos oxígeno y mis náuseas se elevaban. Se empezó a ver una luz así que apresuré el paso.
Cuando llegué a ese lugar había un refugio el cual parecía haberse construido hace tiempo, era muy pequeño y no había nadie. Lo examiné muy bien y en una parte había un hoyo en la pared, era como si alguien estuviera buscando oro en ese lugar, estaba oscuro y parecía largo.

Había varias manchas de sustancia verdosa, al parecer de eso se desprendía el olor asqueroso. No pude aguantar más así que vomité, era totalmente horroroso.

Cuando vi ese líquido verde supe que estaba pasando algo serio. En un libro el personaje principal se puede adentrar y podía no pasarle nada, pero esto era la vida real, mi vida estaba en peligro y aquí no se podía aplicar un deus ex machina.

El hoyo emitió ruidos, eran como gritos de una bestia, realmente comencé a asustarme, mi cabeza estaba tan desorientada.
Di algunos pasos dentro del orificio aún no tan seguro de querer entrar, cuando voltee, la luz ya estaba lejos, era claro que mi curiosidad había ganado.

Guiándome de las paredes seguí el hoyo, no era recto y estaba completamente oscuro, no veía nada.
Por un momento pensé que no tenía fin, mi pánico llegó a tal punto que creí que ya no podía respirar, me detuve un momento para tranquilizarme. Era tan tenebroso estar en la oscuridad e imaginar a alguien observándote.
Al pensarlo era estúpido, ninguna persona podía ver en la oscuridad salvo tenga visión nocturna, eso me calmó pero luego vino esta pregunta,
"- ¿y si no es humano?...

¿Cómo escribir una historia de terror?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora