V. Vivir para contarlo

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- Necesitamos vivir entre ellos y aprender sus costumbres - dijo"la cosa" líder, mientras todos asentían, era como si fuera una junta de lagartos con forma humanoide.

Decidí continuar caminando para irme de ese lugar, guardé mi teléfono en mi bolsa y empecé a dar pasos con cautela.
Llegué al hoyo y fui subiéndolo, esta vez me dolía mi pie, al parecer ya se encontraba enfriado; era un dolor fuerte pero realmente quería salir de ese lugar, así que intenté no darle importancia a mi dolencia.

Cada vez se volvía un tanto complicado continuar con el camino, pero el estar en la oscuridad me traía malos pensamientos; ya fuera que una de esas cosas me persiguiera o tal vez que tomara otro camino y me perdiera, venían a mí todo tipo de ideas.

No tenía ninguna experiencia de supervivencia en mi pasado, mi probabilidad de no salir con vida de allí eran altas, pero al menos ya había tomado la decisión de salir.

Después de un rato caminando llegué al refugio subterráneo, ya había pasado lo peor, pensé. Se me hizo menos largo el camino de regreso pero más pesado por lo de mi pie, estaba agradecido de estar allí, ahora seguían las escaleras...

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Salí de ese maldito lugar con vida, era tan diferente la vibra que se sentía allí afuera, me sentí libre y seguro (aún no lo estaba). Miraba a todos los lugares para encontrar a alguien, alguien a quien poderle decir lo que había debajo, continué caminando y no veía a nadie cerca, era tan extraño.

- Un policía es mejor, el me ayudará a saber qué hacer - pensé en voz alta. Cuando salí de el barrio comencé a ver gente, pero no a un policía. Posiblemente las personas pensaban que me faltaba un tornillo, giraba mi cabeza a todos lados, y además estaba sucio debido a donde había estado. En pocas palabras estaba desquiciado, no podía digerir que había visto a unas personas sin piel y a unas "cosas" quitársela, no podía asimilar que había visto una civilización de "lagartos" gigantes debajo de una supuesta casa abandonada...

"Después de la tormenta, siempre sale el sol", recordé ese dicho cuando vi a un policía. Corrí hacia él y entonces comencé a hablar sin sentido,

- Por fa fa fa favor, ayúdeme. Acabo de ver a personas quitarse la la la piel en una cueva subterránea y...   
- cálmate, chico. Respira - dijo después de interrumpirme.
- Háblame lentamente por favor. Descríbeme qué pasó -;

Inhalé y exhalé aire, después intenté hablar muy despacio sin conseguirlo, estaba pensando qué iba a decir exactamente cuando me di cuenta. Mi historia estaba fantasiosa, era real pero no me iban a creer.
Probablemente si me contarán lo que acababa de vivir, creería que la persona está bajo efectos de estupefacientes o tal vez no ha dormido bien... no podía decirle nada al policía.

- Perdón, oficial. Es que estoy desorientado, acabo de... de... tengo que irme, perdón por su tiempo - me sentí avergonzada, y el policía me miró con enojo, pensado tal vez que le jugaba una broma.

La oscuridad de la noche era aterradora, me sentía vigilado por alguien, incluso en algunos lapsos del camino corría, sin embargo, mi tobillo no me permitía hacerlo por largos periodos.

Llegué a casa y mi papá estaba en el porche hablando por teléfono, cuando volteé me vio y fue hacia mí, me abrazó muy fuerte.
- ¿Dónde te has metido?, tienes preocupada a tu mamá y a mí, además no contestas tu teléfono - me sentí aliviado, resulta que si tenía pruebas, había olvidado la fotos y videos que tomé, rápidamente metí mi mano a mi bolso para ver el material y también para checar si tenía llamadas perdidas, al parecer no me había sonado el teléfono. Al hacerlo me enteré de que mi celular  de alguna forma se había caído, ya que no estaba...

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- No tengo mi teléfono, papá. Se me tiró - le dije algo preocupado. Por alguna razón no le di la importancia que merecía el haber perdido el celular.

 Mi papá dejó de abrazarme y me miró a los ojos,
- ¿dónde estuviste? - me preguntó,
- No me creerías, es tan extraño - le respondí y después comencé a tener miedo otra vez, había recordado todo lo que había visto.

- Dímelo, tenme confianza por favor, hijo. Siempre te voy a creer, confío en ti. ¿Recuerdas la vez de la pelea en la escuela? -,
- papá, esta vez no es como ese día, ahora es algo irreal, algo que si te digo pensarás que no estoy cuerdo -
<<En eso salió mi mamá y corrió a abrazarme también>>,

- ¿Dónde estabas? - me dijo agobiada. Tenía que contárselo, sentía la seguridad de que si me creerían, eran mis papás y ellos me ayudarían a saber qué hacer.
Entonces respiré profundamente y mencioné,
- está bien les diré a ambos, pero por favor, entremos a la casa...



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⏰ Última actualización: Aug 05, 2021 ⏰

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