Dulces Sueños

Capítulo 5

-Lárgate, enano.- Kate le hizo aspavientos con las manos para que se fuera de la habitación.

Rob puso los ojos en blanco y cerró la puerta dejándonos a solas de nuevo. Kate clavó sus ojos de nuevo en mí:

-¿Y bien? ¿Quién era el chico?

Tragué saliva y por un momento estuve a punto de no decírselo. Lo medité un poco y al final decidí contárselo, pues si se lo ocultaba, estaba segura de que tarde o temprano acabaría enterándose y yo quedaría como la peor mejor amiga del mundo, por no decir que nuestra amistad, peligraría.

-¿Te acuerdas del chico del parque?

Kate abrió los ojos como platos.

-¡No puede ser!- Dijo dando botes en la cama. -¡No te creo!

Esbocé una pequeña y forzada sonrisa y le respondí:

-Pues ya ves…era él.

-Oh, no.- Su rostro se volvió serio. –Tenía novia.

-Al parecer…ya no.

Kate me miró con el ceño fruncido.

-¿Y tú cómo sabes eso?

Aparté la mirada y pensé con rapidez en una respuesta.

-Ahora está interesado en ti.- Acerté a decir. Era mejor omitir el pequeño detalle del día en que les había visto discutiendo en mitad de la calle. –De hecho, me dio su número para que te lo pasara.

Mi mejor amiga se llevó la mano a la boca sorprendida por oír todo aquello.

-¿Me lo estás diciendo en serio?

-Sí.- dije esbozando de nuevo una falsa sonrisa.

-¿Y a qué esperas para dármelo?- Exclamó con entusiasmo.

Saqué el móvil del bolsillo trasero de mi pantalón y busqué el nombre del chico. Cuando lo encontré, me quedé mirándolo con tristeza hasta que Kate me quitó el teléfono de las manos. Soltó un gritito de emoción y copió el número en su móvil.

-¿Crees que sería demasiado precipitado si le mando un mensaje ya?

Apreté los labios y me encogí de hombros. Me estaba derrumbando frente a Kate, pero ella, estaba demasiado ocupada pensando en qué ponerse en la cita que tendría con él, en si darle el beso ella o mejor dejarle que diera el paso él.

-Oye, ¿y tú qué? ¿No conociste a ningún chico?

Scott. Nos habíamos pasando gran parte de la noche hablando, y aunque era un chico muy atractivo, no tenía intención de tener nada con él.

-Bueno…

-¿Y ese bueno…?- Dijo imitándome. Después me dio un codazo. –Cuéntamelo todo.

Mi móvil empezó a vibrar salvándome de tener que responder a la pregunta y hablarle sobre el chico del que había quedado en ridículo dos veces en el mismo día. Le hice un gesto a Kate para indicarle que se mantuviera en silencio.

-¿Si?- Cogí la llamada.

-Alice, ¿dónde te has metido?

-Estoy en casa de Kate, ya te he d…

-Los invitados ya están en casa.- Me cortó mi madre. -Haz el favor de venir cuanto antes.

-Voy ya para allá, mamá.- Y colgué levantándome de la cama.

-¿Te vas ya?- Me preguntó extrañada.

-Sí, lo siento. Si eso hablamos por la noche.

-Te llamo.- Dijo guiñándome un ojo y añadió: -Para entonces quizás tengas una mejor amiga con un novio guapísimo.- Rió.