No paraba de preguntarme dónde se habría podido meter Kate. Estaba tardando en volver, así que decidí ir a buscarla.
-Debería ir a mirar a ver si mi amiga está bien.- Me despedí de aquel chico de ojos verdes del cual aún no sabía el nombre. Me giré y antes de que pudiese avanzar siquiera un paso, me detuvo.
-Eh, preciosa.- Sonrió pícaro. –Te olvidas la cartera.- Dijo entregándomela.
-Menuda cabeza…Gracias.- musité, y esta vez sí, me encaminé hacia los baños, pero allí no estaba Kate. “¿Dónde se ha podido meter?” me pregunté a mí misma mientras la buscaba entre cuerpos sudorosos y presos bajo los efectos del alcohol. Había recorrido todo el lugar, por lo que supuse que allí dentro, no estaba. Así que opté por salir a buscarla al jardín, y no en vano, ya que allí la encontré, pero no estaba sola. “¿Ha ligado?” Por un momento me alegré por ella, hasta que el chico retiró su rostro y pude ver con claridad al nuevo ligue de mi amiga…el chico que se colaba en mis sueños.
Tenía su cara a centímetros de la mía. Podía ver su pálida piel, sus preciosos ojos azules, sus rosadas mejillas y sus finos labios tan apetecibles. Dudé en si debía o no besarla, pero al final, me armé de valor y probé a acercar mi rostro al de ella algo más. Ésta, no se apartó, así que seguí acercándome hasta que mis labios chocaron contra los suyos y ambos se fundieron en un apasionado beso.
Nada más separar mis labios de los suyos, mientras intentaba regular mi agitada respiración, alguien gritó.
-¡Kate!- Así debía de llamarse la chica rubia a la que acababa de besar. –Nos vamos ya. –Volvió a hablar la misma voz. Volteé mi cabeza para comprobar de quién se trataba. A unos metros, una morena de pelo largo se acercaba a nosotros con paso firme y algo enfadada. Recordé su cara, era la que estaba con Kate en el parque, la que estaba hacía un rato en la barra, sí, era ella, también era muy guapa. Ésta se colocó al borde de la acera a hablar por teléfono, yo, mientras, le ayudé a Kate a levantarse y me despedí de ella.
-Espero volver a verte.- Dije esbozando una sonrisa que ella me devolvió antes de encaminarse hacia su amiga.
Cuando sus siluetas empezaban a empequeñecerse frente a mis ojos, me percaté de que no le había pedido el número de teléfono.
-¡Kate!- empecé a correr hacia ellas. -¡Tu número!
No podía creérmelo, o más bien, no quería. ¿Cómo había acabado mi mejor amiga con el chico de mis sueños? ¿Qué tipo de broma cruel me estaba gastando el destino? Lo ponía en mi camino, y después dejaba que me lo arrebatasen, delante de mis narices, haciendo añicos mi corazón. Respiré hondo, no podía estar pasando.
-¡Kate!- Grité. –Nos vamos a casa.- Dije seria, y acto seguido, llamé a un taxi.
Mi mejor amiga se acercó a mí arrastrando los pies, debido a la gran cantidad de alcohol previamente ingerida, hasta colocarse a mi lado. Le agarré del brazo y cruzamos el paso de cebra para llegar al punto donde había quedado con el taxista. Desde luego, era rápido, pues ya podía ver un coche blanco al final de la calle viniendo hacia nosotras.
-¡Kate!- Oí una voz mientras ayudaba a mi amiga a meterse en la parte trasera del vehículo. -¡Tu número!- Subí después de ella y cerré la puerta.
Una vez llegamos a casa de Kate, el taxista paró, y saqué mi cartera del bolso mientras mi mejor amiga intentaba torpemente salir del coche sin caerse. Busqué el dinero para pagarle y me encontré con una servilleta entre los billetes, la saqué y vi que tenía algo escrito; “Scott”, seguido de un número de teléfono. Y entonces recordé al chico de ojos verdes con el que me había chocado dos veces en el mismo día y con el que mantuve una conversación en la barra. Al que casi invito a una copa y del que hasta ahora, desconocía el nombre.
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Dulces Sueños
Romance"Noche tras noche sueño con el mismo chico. No sé quién es, ni cómo se llama, lo único que sé es que estoy enamorada de él, y estoy segura, de que algún día lo encontraré." No será fácil, ya que encontrará gran cantidad de obstáculos y complicacione...