De vuelta

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-Bueno me han informado de que todo está correcto de modo que esta tarde se te dará el alta médica aunque seguirás con el tratamiento de antinflamatorios- dice Javier con una sonrisa mirándome.

Está muy guapo hoy, con la bata abierta dejando ver unos vaqueros azul claro y un jersey de pico gris.

-Muchas gracias- digo sonriéndole 

-Bueno, me ha encantado conocerte aunque siento que haya sido en estas condiciones.

-si...bueno...encantada de conocerte yo también-me sorprendo de mi nerviosismo.

-De todos modos todavía no te has librado de mi- dice riéndose, su risa me hace sonreír y mirar su boca cuando los hoyuelos de sus mejillas se marcan- voy a supervisar tu estado durante unos meses más.

-¿en serio?- digo sorprendida y con demasiada efusividad.¿Pero que demonios me pasa?

Mi reacción le hace gracia y me sonríe.

-Claro, a una damisela no se la deja a medias-dice despidiéndose con la mano y marchándose.

Entonces mi cabeza pervertida pilla el peor sentido de aquella frase y me rio tontamente.

Sigo riéndome cuando mi madre entra a la habitación.

-Me alegra verte de buen humor hija, ¿No será por el guaperas que acaba de salir?

-Mamá es mi médico-sonrío-pero es guapo si- y acompaño a mi madre cuando se ríe.

-Bueno hija que ya me han informado de tu alta y he venido a traerte ropa limpia, tu uniforme está en la tintorería pero hasta dentro de una semana no podrás volver al instituto...

-Mamá, no te rayes, está bien, estoy bien,¿vale?-la interrumpo cuando empiezo a notar que se entristece.

-De acuerdo hija, te vas a librar del ir al instituto pero tu amiga me ha dicho que vendrá a casa todas las tardes para que no te pierdas mucho esa semana.

-Tu siempre ahogándome las vacaciones-digo de broma y consigo que mi madre vuelva a reirse.

A media tarde una enfermera de complexión alta y delgada de pelo rubio entra y le entrega a mi madre, que no se había ido mas que para comer en la cafetería del hospital, el parte de mi baja.Mientras mi madre recogía las pocas cosas que tenía en aquella habitación, me dirijo hacia el baño a quitarme el horrendo pijama verde de hospital y ponerme mis vaqueros oscuros favoritos y un jersey azul claro con mis Vans azules. Cuando me vuelvo para peinar mi pelo me quedo horrorizada al ver mi cara, mis labios siguen hinchados y una herida pequeña cruza mi labio inferior, mi mejilla izquierda tiene unos rasguños. Hago una mueca de dolor al tocarme el labio. Supongo que podría haber sido peor. Decido hacerme una coleta alta.Cuando salgo mi madre no está y mi padre carga con la bolsa con mis cosas, me sonríe.
-Hola papá-le devuelvo la sonrisa y le doy un beso en la mejilla.
Mi padre pasa su brazo libre por encima de mis hombros y salimos al pasillo.
Ahogo un grito de sorpresa.
-¿Qué haces aquí?-digo cortante, mi padre me mira extrañado.
-Esto es un lugar público, puedo estar donde me de la gana- contesta Esteban en el mismo tono con su mirada desafiante fija en mi cara.
Decido ponerle fin a nuestra conversación y obligo a mi padre a seguir caminando.
Cuando llegamos al coche mi madre ocupa el asiento del acompañante y me saluda con su habitual sonrisa, me siento detrás en nuestro Ford mondeo gris y mi padre me entrega la bolsa antes de cerrar y dar la vuelta para sentarse y conducir. Agradezco que no haya echo ningún comentario sobre lo que ha ocurrido.
En el trayecto del hospital a mi casa mediante la autovía me dedico a observar los vehículos que pasan por mi lado,pienso que tendré que lidiar con mis compañeros cuando me reincorpore y Susi vendrá hoy por la noche a verme y me pondrá al día.
Cuando llegamos mi madre baja primero para abrir la puerta principal, la sigo y entro. El suave y familiar aroma a jazmines inunda mis fosas nasales y sonrio, parece que hubiera estado un año fuera.
-Valeria, Estás muy callada, ¿te pasa algo?- pregunta mi madre poniéndome una mano sobre mi hombro.
Me vuelvo y le sonrio.
- Nada mamá, estoy bien, sólo echaba de menos el olor de tus ambientadores.
Mi madre sonríe y me planta un beso suave sobre las magulladuras de la cara.
En ese momento aparece mi padre.
-Mira a quien tenemos aquí - dice sonriendo y de detrás sale Susana vestida con unos leggins negros, una sudadera nike roja y azul y unas convers rojas. Viene corriendo hacia mi y nos abrazamos sonriendo, huelo su habitual colonia de coco y la aspiro.
-Susana, ¿te quedarás a cenar?- pregunta mi madre cuando nos separamos.
-si no es molestia señora Courtois, encantada.- dice mi amiga sonriente.
-Llámame Lena por dios- dice mi madre riéndose.
-Claro.
Mi madre va hacia su cuarto seguida de mi padre dejándonos solas.
- Jo, Val, que susto me has dado- me vuelvo al oírla y la veo haciendo pucheros.
Me entra la risa y se me une.
- Lo siento-digo al final.
Muy buenas lectoras/es siento haber tardado demasiado en actualizar, se me rompió el ordena, tuve que comprarme uno nuevo y luego no tenía tiempo ni para mi misma. :( espero que no os enfadeis, aunque Me lo merezco. Intentaré ser más constante a partir de ahora. Un beso. AH y gracias hemos alcanzado los mil leídos, os quiero y no se como agradecer vuestra paciencia.

Solo fue sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora