Libro abierto

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Nunca pensé que diría esto, pero me alegraba volver al instituto, los días en mi casa encerrada se me hacían eternos y demasiados aburridos aunque las continuas visitas de Susana, Cristina, Esteban y familiares y amigos de mis padres me mantenían distraída unas horas después volvía el mortal aburrimiento.

Las cosas con Esteban iban bastante bien no habíamos vuelto al sacar el tema de los sentimientos lo cual agradecía, Susana todavía no sabía nada de lo que había pasado con Esteban, no me había atrevido a contárselo después de las seguidas discusiones con su, ahora, exnovio por irla poniendo verde a sus espaldas, incluso Susana había llegado a arrinconarlo en el vestuario de los chicos al salir de la clase de gimnasia, ante la atenta mirada de todos los allí presente, y le había propinado unas buenas bofetadas y su consiguiente patada en la entrepierna que habían dejado a Mario doblegado sin respiración ante ella y humillado ante todos los componentes del equipo de natación al que pertenecía; pero como era de esperar Mario era tan estúpido que aún así seguía con su actitud chulesca y comportándose como una víctima ante todos diciendo que no era verdad que el le hubiera sido infiel que solo eran burdas excusas para que Susana le dejara y ella quedar bien.

- Val, menudo fiestón te perdiste ayer en casa de Alberto, no te vas a creer lo que me pasó y como soy buena amiga te invito a saltarte conmigo las clases para contártelo, se lo mucho que odias tener Biología a primera hora y sobre todo cuando vuelves después de una temporada encerrada-Susana llegó por detrás de mí abrazándome, soltando cada palabra en mi oído como si de un secreto se tratase.

- Uff, me has leído la mente amiga- dije riéndome.

- No es muy difícil, eres como un libro abierto- dijo secundando mis risas.

La seguí calle abajo hasta un parquecillo que tenía una terraza de una cafetería, nos sentamos en una de las mesas que quedaba cerca de una fuente ornamentada con flores de un ángel con sus alas desplegadas que vestía una armadura que le cubría el pecho, en la parte de abajo le cubría un faldón de tiras hasta la mitad de los mulos, mantenía una pierna flexionada en una piedra apoyándose, en la mano sostenía una lanza que apuntaba al suelo donde la figura de un demonio ataviado con una túnica rasgada en el pecho intentaba protegerse de la afilada punta que le amenazaba y tenía sus alas demacradas cayendo desde su espalda. Era hermosa dentro de lo que cabía y desde pequeña siempre me había gustado esa escultura al igual que la mitología.

Pedimos un par de cafés y unos pastelitos y una camarera entrada en años, bajita, rechoncha y de sonrisa amable nos los trajo.

- Bueno y, ¿Qué es lo que me perdí?

Di un sorbo de mi café esperando su respuesta.

- Me acosté con Thomas – soltó y yo no pude retener el sorbo que había tomado en la boca y la salpiqué- tía controla que pareces un aspersor.

- ¿PERO QUE ME ESTAS CONTANDO?- mi voz sonó chillona.

Hola mis sensuales lectores!! siento haber tardado tanto en escribir de verdad, me salió un trabajillo y estoy preparandome para ello, esta semana actualizaré subiendo 3 capitulos puesto que llevo uno atrasado y la semana del 18 al 24 no podré subir nada ( me voy a trabajar a un campamento). Espero que os gusten, un besazo y a disfrutar del verano!!!

Solo fue sexoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora