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-Por qué no mejor regresa a su casa, mañana en la mañana le digo a Sana que vino a buscarla y que ella le llame- me paré a un lado de la puerta esperando a que saliera.

-Se que hablo muy claramente y puedes procesar lo que te estoy diciendo- articulo como si fuera una completa estúpida a la que le hablaba -Respira, tranquilízate, respira.
-Y no te conviene hacerme enojar, ella es menor de edad, fácilmente irías a prisión. - carcajee ante su estúpida amenaza.

-Mire- conté internamente hasta diez, ya que no dejaba de ser la madre de Sana -Yo no tengo aquí a nadie a la fuerza. Ella el día que quiera puede tomar sus maletas e irse con usted, pero dudo que eso suceda- dije burlonamente y su rostro se pinto de rojo.
- ¡Escucha muy bien lo que te voy a decir! - dijo ya más que enojada señalándome con su dedo índice.

-Ten mucho cuidado con lo que vas a decir- la voz de Sana venia desde las escaleras.

- Sana que bueno que estas aquí, trae tus maletas y vámonos.

- ¿Quién te dijo que estaba aquí? - dijo con una enorme frialdad. Era sorprendente lo duro que podía hablarle. Yo ni en sueños había sido capaz de hablarle así a mi madre.

-Eso no importa-

- ¿Quién te dijo que estaba aquí? - repitió bajando las escaleras.

-Momi... pero ya hablaremos en la casa- mi cuerpo se tenso, ahora si me tocaría ajustar cuentas con la imbécil de Momo.

-No gracias, mira ya es tarde y hay niños dormidos que te parece si te visito un día de estos, claro si tienes tiempo- prácticamente la corrió. -Revisa tu agenda tal vez tengas algún espacio en algunos... ¿Dos meses?

- ¡Sana! - dijo en un tono de impresión.

-Vete por favor. Deja de fingir que te intereso.

- ¡Claro que me interesas! Lo estoy haciendo por ti, esto es... Es ¡un error! Tú no puedes salir y mucho menos vivir con ¡ella! - me señalo una vez más.

-Si puedo. Es mi novia y la amo- esto sí que subía mi orgullo
-Pero ella jamás...

-Basta!- no la dejo terminar. La verdad quería que la dejara hablar quería saber lo que detestaba tanto de mi. Además de que tenía que mantener a mis hermanos, mi ausencia de padres, mi forma de vestir, mi vehículo y... está bien prácticamente me odia por completo.

-Piénsalo- acomodo su saco - ¿Que te puede ofrecer esta? -eso si me ofendió. Yo podía ofrecerle mucho más que cualquiera.

-Cariño, aprecio... Un verdadero hogar- esta vez yo hablé -Tal vez no puedo darle muchos lujos- baje la mirada pero Sana tomo mi mano -Pero puedo asegurarle que aquí estará mejor que en cualquier lugar.

-De amor no se vive niña tenlo bien presente- dijo con repulsión -Prepara tus maletas, no te quedaras por mucho aquí- salió de la casa y la puerta se cerró tras de ella.

-Perdóname, discúlpame, lo siento...- su voz era amortiguada ya que se hundió en mi cuello abrazándome.

- ¿Porque te disculpas? -reí

-Mi madre...

-Hey... Tranquila, nadie elige a su familia- soltó una pequeña risa.

-Estúpida Momo - murmuró y concorde con ella.

-Ya me arreglare con ella mañana- afine mi mirada y Sana ahogó un grito.

- ¡No! Déjamela a mí yo me encargare de la bocona esa.

-Ya veremos mañana, la primero que la vea se arregla con ella- tome su mano y la entrelace para después guiarla a las escaleras. Ella subía un escalón atrás de mí cuando pregunto

- ¿Un verdadero hogar?

-Para mi somos una familia, algo extraña... - me golpeó jugando -Solo bromeaba- me retracte y me detuve para que me alcanzara y pase un brazo por sus hombros.

-...Muchos hijos- dijo y valla que me sorprendí -Yo quiero tener muchos hijos- hablaba pensativa, seguramente imaginaba.

- ¿A cuántos te refieres por muchos? - no me aterraba la idea de ser madre junto a ella, ya que prácticamente desempeñaba ese papel con Minju y Hyunjin. Lo que me aterraba era que Sana quisiera formar todo un ejército. ¡Y seguramente de niñas! No puedo ni imaginarme la cantidad de vestidos que tendría que comprar, habitaciones de rosa por pintar y novios a los cuales espantar.

-Tres... Tal vez cuatro o hasta cinco- sonrió

-Quiero la casa siempre llena y que cuando seamos viejitas- no había más que ilusión en su rostro -Las cenas y reuniones sean grandes festejos, con nietos y hasta bisnietos- ella simplemente quiera una familia.

- ¿Te imaginas? A nosotras de viejas- carcajee.

-Peleando cada cinco minutos- ambas reímos.

Pov Sana

- ¿Eres estúpida o te haces?

- ¡Tzuyu en qué quedamos! - reproche.

-Yo la vi primero, yo me encargo de ella- se sacó la chaqueta y la lanzo en el césped, me puse en medio ya que casi se le lanza encima a Momo.

- ¡Yo la vi primero! - Era verdad -Hasta te dije ahí está Momo, yo me encargo.

-Si son adorables sus discusiones ¿Ya me puedo ir? - dijo Momo con ironía y fastidio.

- ¡No! - gritamos Tzuyu y yo al unisono haciéndola sobresaltarse un poco. Ambas reímos como viles brabucones. Al menos Tzuyu ya lo era.

-Llegare tarde a algebra- reclamo y obviamente no estaba en posición de hacerlo.

-No, Sana y yo llegaremos tarde a algebra... ¡Tú no! Con suerte y en una semana podrás volver a clases o al menos ponerte en pie.

- ¡Basta Tzuyu!

- ¡Quiero que lo intentes idiota!

- ¡Momo cállate!

- ¿Que lo intente? ¡Já! mejor cállate si no quieres que te desfigure.

-Saben que? Así no se puede- me dejé caer en el césped, crucé las piernas como indio y también cruce mis brazos. -Cuando terminen de decirse cosas me avisan.

Me, Myself & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora