Desesperación

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Me llamo Dafne. Dafne Richer, o eso creo.

Amanecí mareada,soñolienta, tumbada en una vieja tumbona de playa azulada por la qual destacavan varios agujeros. Resaltava el cielo azul por el cúal asomava el resplandeciente Sol. Estava frente a una piscina y a un hermoso jardín con todos los tipos de espécies qué era capaz de imaginar. Todo era muy bello, excepto por un detalle qué me vino a las mientes precepitadamente,ese pequeño gran detalle que me hizo extremecer y que me obligó a dejar caer una lágrima por mi pálida mejilla. Quizás el peor de mi vida -pensé-

No era capaz de creerme lo que estava pasando por mi cabeza, así que con todo mi esfuerzo intenté recordar... Recordar, ojalá pudiera, más no recuerdo nada sobre mí; ni el más misero detalle, no sé quien soy, dónde estoy, porqué me está pasando esto. De pronto una borrosa imagen de un alegre jóven me vino a la cabeza. Él era alto, musculoso, moreno y con unos insólitos ojos verdes que le brillavan, por los cuales me mirava, hasta que de pronto mis pensamientos se fuéron desesvaneciendo y caí en un profundo sueño, en el cúal solo podía pensar en ojos y más ojos verdes mirándome.

Cuándo desperté vi verdes esmeraldas iluminadas por el Sol, éran cómo los ojos de aquel chico, de él, el  único recuerdo que poseo de toda mi vida.   ¿Irónico verdad? No consigo acordarme ni de mi rostro y no dejo de pensar en un sonriente jóven que ni conozco; he decidido que ha partir de ahora le llamaré X. Así me evitaré recordar tan amenudo esta pesadilla en la que parece haberse combertido mi vida. Otra vez...otra vez me ha vuelto ha suceder, he desviado la atención de las esmeraldas por X.        - ¿Por que alguien que  no conozco me hace sentirme así?  Exclamo sarcásticamente.

Dirijo mi mirada hacía las preciosas verdes esmeraldas. Hay cientas bajo mi cuerpo, así que trato de levantarme.

Segunda sorpresa de hoy. Me está empezando ha dar pánico lo que pueda sucederme si sigo aquí mucho más tiempo.

Estoy encadenada,no entiendo cómo no me podía haber dado cuenta hasta ahora, quizás estava demasíado en babia pensando en X. Haora mismo hay cuatro cadenas alrededor de mi cuerpo, cada una en cada extremidad difernte. Intento liberarme de esta tortura más no lo consigo, puesto que estas cadenas me parecen de acero inoxidable.

Me estoy desesperando. No puedo más.

- ¡Socorro, ayuda, por favor !  

Y un llanto salió desde mi laringe hacía el exterior, parece el único sonido humano que hay en leguas de distáncia. De pronto oigo algo,  algo anormal, todavía no se si es bueno o malo, pero, por favor que la suerte me ampare al menos una  vez.     Pienso,apunto de echarme a llorar.  

Parecen pasos, pero no estoy segura, muy pronto lo decubriré.

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