Día 24: Borrachos

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— ¡Puedes irte a tomar por culo! — Mangel furioso comenzó a lanzar las cosas de Lolito fuera de la casa que compartían.

— ¡Mi niña! ¡Solo te dije que se te quemaron las galletas! ¡Déjame entrar por favor!

— ¡Pues que te haga alguien más las galletas maldita perra! — con toda la fuerza que reunió el de lentes cerró la puerta principal de un portazo, dejando a su esposo afuera.

— Mierda, ¿Ahora qué hago yo? — se preguntó mientras se despeinada un poco su larga melena.

Luego de pensarlo unos minutos se levantó recogiendo todas sus cosas del piso, marcando rumbo a la casa de su mano derecha.

Cuando llegó se aseguró de que las torretas no estuvieran encendidas para acercarse a tocar la puerta, la cual fue abierta por una molesta Mónica.

Y en ese momento recordó por qué había dudado al tocar.

Auron y Alex no vivían solos, eso no era secreto para nadie, comenzaron viviendo con la melliza del pelinegra y su novia pelirroja.

— Tienes diez segundos para decirme qué quieres o te largas — habló rápidamente para ser empujada por su mellizo.

— Vuelve con Nieves cerda, yo me encargo — la pelinegra rodó sus ojos para subir con una sonrisa al segundo piso de la gran vivienda — pero si es mi alcalde favorito, ¿qué te trae por aquí Lolito?

— Mano derecha, es que mi niña se ha molestado conmigo — habló desesperado.

— Ustedes necesitan terapia de pareja, pero pasa, puedes quedarte hasta mañana, que será cuando te arrastrarás por su perdón — le sonrió dejándolo pasar, viendo que traía algunas de sus cosas en su mano.

Alex venía bajando siendo seguido por Jimmy cuando se encontró con el par de amigos hablando en el sofá.

— Lolo, hola, ¿qué te trae por acá? Con tus cosas... Ahhhhh, ¿peleaste con Mangel? — el pelirrojo asintió limpiandose una lágrima falsa.

— Se le habían quemado las galletas por estar hablando conmigo, se lo mencioné y me sacó de la casa a patadas.

— Pero esas no son razones — se quejó Auron siendo juzgado por la mirada de su novio — lo hice una vez.

— ¿Una?

— Unas cuántas, no molestes o te tendrás que ir de nuevo a buscar donde dormir — le reclamó molesto, haciendo que su novio negara divertido mientras iba a la cocina por vinito de Luzu, para ayudar a pasar el trago amargo de su amigo.

[...]

Ni siquiera saben cómo, pero se encontraban los tres cerca de la casa de Luzu tratando de matar zombies.

Estaban completamente borrachos, ni siquiera recordaban cuántas botellas llevaban.

Luego de aburrirse de matar zombies comenzaron a correr al árbol de Willy, según ellos querían subir a la copa para probar si podían volar.

— ¿Ahora cómo vamos a subir genios? — preguntó Lolito señalando lo obvio.

— Mira, ponemos estas TNT aquí, nos ponemos sobre ellas y nos impulsarán a la copa — le respondió Alex confiado en su plan.

— Háganlo ustedes, voy a buscar a Fargan para que me ayude a llevarle una serenata a mi niña — el pelirrojo comenzó a correr, cayendo en el proceso, pero se volvió a levantar rápidamente.

— Bueno, pondré los explosivos en su lugar — ambos comenzaron a reír a carcajadas, ya que no podían colocar bien los explosivos.

Con tanto ruido la pareja que habitaba la casa terminó por salir a mirar confundidos qué estaba pasando.

Alexplay MonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora