Capítulo 3.

38 12 22
                                    

Aquella noche fui a la habitación de Shiori hasta se quedara dormida y luego me dirigí hacia la sala para realizar una llamada.

- ¿Hola?
- Buenas noches, ¿estoy hablando con el señor Sasori?
- El mismo. ¿Con quién tengo el placer de hablar?
- Sakura Haruno, me pidieron llamarlo.
- ¡Ah claro, mi chica! Tenemos unos asuntos pendientes que hablar contigo.
- Si es de la apuesta que mencionó mi padre, no quiero saberlo. Es un problema entre ustedes del cual no debo estar involucrada.
- Escucha, mañana pasará mi chófer y te llevará a un restaurante para poder hablar de esto tranquilamente.
- ¿No entendió lo que dije? No quiero saber nada.
- No te haremos daño, tranquila. Nos vemos.

¡Maldición! Siempre debe existir un problema tras otro.

A la mañana siguiente, sentía los nervios a flor de piel. Aquel señor no sonaba amenazador e incluso su voz era un poco cálida, sin embargo soy lo suficientemente inteligente como para enviarle mi ubicación a Temari, quién además de ser compañera de trabajo era una buena amiga, por si necesito de su ayuda más adelante.

Mi turno había terminado y al salir encuentro al mismo señor que me dio la tarjeta el día anterior.

- Señorita Haruno por aquí porfavor.
- Gracias.

El restaurante al que ingresé era muy elegante y de alguna forma absurda, sentí un rubor en mis mejillas al contemplar como los clientes me miraban como si fuese un animal en exhibición ya que al parecer el tener un cabello rosa y ojos color jade no era muy común en estos lugares. Al fondo del salón se encontraba un hombre alto, bien vestido, elegante y con una mirada sexy y a la vez intimidante - ¡No pienses estupideces! - habló mi subconsciente pues yo estaba ahí para terminar de una vez con este problema el cual me fue asignado por mi padre de manera arbitraria.

- Señor Sasori.
- Omitamos el "Señor", me hace sentir muy viejo. Es un gusto Sakura, toma asiento porfavor.
- Está bien, muchas gracias.
- Bueno, no te veo con ánimos de cenar. Vamos directo al punto, ¿te parece?
- Si claro, necesito ir a casa pronto.
- Muy bien. Como bien sabes, tu estúpido padre tuvo el descaro de apostar tu vida y la de tu hermana en un sencillo juego de póker y el muy cobarde perdió para luego arrepentirse de lo que hizo. En fin, él y yo llegamos a un acuerdo en el que tiene 30 días para pagarme una suma de dinero a cambio de sus vidas o tristemente ustedes dos se vienen conmigo.
- Espere un momento, mi padre jamas mencionó un límite de tiempo.
- ¿No lo hizo? Es una pena. Como puedes ver, soy un hombre de negocios y socio mayoritario de un negocio dedicado al espectáculo, llamado comúnmente como un circo. Al verte, inmediatamente quise tenerte conmigo para que participes en uno de los espectáculos principales. Tu belleza es inigualable y tu presencia puede ayudarnos de maneras que no imaginas ahora que el negocio a ido decayendo lentamente.
- Escuche, yo no soy una propiedad o un bien común por el que deban pagar dinero. Mi padre hizo algo realmente terrible que no sólo me involucra a mí, sino también a mi hermana y el hecho de que él tenga cáncer complica las cosas de manera abismal así que yo asumiré esa deuda, solo dejen a mi hermana fuera de esto.
- Lo siento hermosa, esa cantidad de dinero no la puedes conseguir en 30 días tu sola.
- Lo haré, prometo que lo haré.
- Está bien, aceptaré tu petición. Sin embargo, si no cumples con tu pago en el tiempo establecido, tienes que trabajar para mí hasta que la deuda quede cubierta en su totalidad, ¿Estás de acuerdo?

Tuve que tomar unos minutos para tomar una decisión ya que me encontraba en una situación que desde un inicio ni siquiera lo pedí, es más yo no debería estar ahí pero siempre llegaba al mismo punto de siempre. Shiori. Mi pequeña no debería estar involucrada en apuestas ilegales de un padre alcohólico que estaba al borde de la muerte.

Repetía una y otra vez en mi mente la promesa que le hice a mamá de cuidar y proteger a mi hermana y por mis huevos que iba a conseguir ese dinero, así tenga que vender mi alma al diablo en el proceso.

- Está bien, acepto el trato.
- Es un hecho entonces, tienes tu tiempo para hacerlo, cuento con ello.
- Si claro, adiós.
- Cuídate mucho Sakura.

Mi razonamiento en ese entonces estaba nublado. Acabo de hacer un trato con una persona acerca de mi vida y lo que haría en los próximos años que sepa Judas cuánto tiempo me tomaría saldar esa cuenta. Y fue ahí que lo recordé - ¿Cuánto debo pagar? - Me sentía tan nerviosa que olvidé la cosa más importante. Saber la cantidad de dinero que debo pagar.

Debo ir a ver a mi padre.
Necesito saber la cantidad de dinero.

Era un sábado por la mañana precioso, los rayos del sol iluminaban a través de la ventana...y yo debia ir a visitar a mi padre, por desgracia. No iré con Shiori porque no quiero que recuerde a papá así, a punto de morir. Así que aproveché su salida de excursión de la escuela y fui a visitar a mi padre y para mi desgracia él me atendió en nuestra antigua casa.

El lugar era realmente deplorable, pocos meses pasaron desde que nos fuimos de esa casa y parece como si un tornado hubiese arrasado con el lugar. En fin, él me recibió en la sala y realmente se veía mal. Casi siento un poco de empatía por él.

- Que bueno verte hija.
- No puedo decir lo mismo padre, lo lamento.
- Claro...lo entiendo. Gracias por no traer a Shiori.
- No quiero que tenga malos recuerdos de ti, es todo.
- Es lo correcto, quiero creer.
- Si. Escucha papá, vengo a hablar contigo. Dada las circunstancias en las que te encuentras he decidido asumir la deuda de la apuesta por mi cuenta pero necesito saber la cantidad de dinero que necesito pagar.
- ¡¿Hiciste qué?! ¡Sakura, la cantidad de dinero es enorme!
- ¿Qué? ¿Cuánto fue que apostaste?
- Yo...aposte medio millón.
- ¡¿Estás loco?! ¡¿Por qué apostaste tanto dinero?!
- Lo lamento...
- No quiero escucharte más...nunca espero nada de ti y aún así logras sorprenderme.

Deje la charla a medias y me retiré de ese lugar.

La rabia e impotencia que tenía en ese momento se hicieron presentes ya que sentía como si la presión de mi cuerpo bajara de manera abrupta - ¿Cómo puede ser posible que me haya hecho esto? - Me senté en una banca descolorida en un parque cercano a la casa y me dejé vencer. No pude más.

Las lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas como agua del rocío. Jamás pensé que mi padre sería capaz de llegar tan lejos y lo que más me dolía era saber que a pesar de todo, aún lo seguía queriendo como mi padre, como aquel feliz hombre de hace 8 años que saltaba de la emoción al ver el pequeño rostro de mi hermana recién nacida.

Deseaba tanto regresar a ese momento en el que éramos una familia feliz.

Sumida en mis pensamientos y las lágrimas empapando mi rostro, no sentí la presencia de una persona por lo que rápidamente intentaba secar mis lágrimas. Fue inútil.

- ¿Te sientes bien? Lo lamento, no quería molestar.
- No te preocupes, estoy bien.
- Tómalo, seguro lo necesitas. Adiós.

Su voz era cálida. En mis manos colocó un pañuelo que ayudó a secar mis lágrimas, su aroma era realmente agradable.

Muchas gracias quien quiera que hayas sido...


Tsuki ga kirei desu neDonde viven las historias. Descúbrelo ahora