Capítulo 1.

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Sakura.🌸

3 años atrás.

Una lluviosa tarde de febrero regresaba de mis clases de la universidad directamente a casa, tenía que preparar la cena y seguir realizando mi tesis, estaba a nada de presentarla y por fin obtener el título de licenciada en literatura por el que tanto he estado esforzándome. Sin embargo al llegar al porche de la casa empiezo a escuchar unos ruidos en el segundo piso, específicamente en la habitación de Shiori.

— Oye, ¿por qué la cena aún no está lista?
— Papá, aun soy pequeña. Sakura me prohíbe estar en la cocina.
— ¡No me importa lo que digas, tengo hambre maldita sea!

El tono de su voz era el mismo de siempre. Borracho y enojado. Desde que nuestra madre falleció hace tres años a causa de cáncer de mama, mi padre se la ha pasado de bar en bar inyectándose las venas de alcohol y llegar a casa para gritar a cuanto ser vivo se encuentre en su camino. Esta vez quiso desquitar su ira con Shiori hasta que llegué en el último momento. Gracias a Dios.

— Hola papá, estoy en casa.
— ¿Por qué tardaste tanto? Sabes que ya es hora de cenar.
— Lo lamento, estaba en la biblioteca. La tesis es muy exigente.
— Lo que digas. Prepara algo de cenar, ¡rápido! Estaré en la sala viendo fútbol.
— Si papá.

Mientras aquel hombre se dirigía a su televisor y con una actitud muy sumisa, subí un momento para ver cómo se encontraba mi hermana y la escena rompió mi corazón. Ella estaba acostada en su cama, en posición fetal, ni un sonido salía de su pequeña y dulce voz y al parecer no estaba consciente de la realidad, pues de un brinco amenazante, su posición erguida se convirtió.

— Tranquila Shiori, estoy en casa.
— Hermana, gracias por llegar a tiempo. -su sollozo ahora era claramente notable-
— ¿Te lastimó? ¿Te hizo algo?
— No, pero un momento más y lo habría hecho.
— Lo lamento, tardé más de lo que imaginé.

Ella no contestó a mi perdón, simplemente enrolló sus delgados brazos en mi cintura y empezó a llorar de miedo. Mi padre cada vez empeoraba con el alcohol y temía que llegase a hacer algo para lastimar a mi hermana mientras yo me encuentre ausente. Pero yo la protegería, se lo prometí a mamá.

En tanto ella se calmaba, levanté su rostro y me despedí de ella con un beso en la frente. Shiori tiene prohibido entrar en la cocina después de haber quemado su brazo con agua hirviendo tratanto de hacer comida para mi padre y de ese accidente fue siete meses atrás. Gracias a Dios la herida no fue muy grave, sin embargo yo no dejaré que vuelva a tocar una olla hasta que se encuentre lista.

Rápidamente cambié mis jeans y mi abrigo por unos pantalones de tela y una blusa llena de agujeros, pues me sentía cómoda con ella. Bajé estrepitosamente a preparar la cena mientras repasaba algunas correcciones de mi proyecto. En tanto las verduras terminaban de cocerse, empecé a revisar mi celular por ofertas de empleo. Nada.

Trabajar en el supermercado me generaba buenos ingresos pero no lo suficiente como para cubrir todas las deudas de la casa, no es necesario resaltar que el señor Haruno se gastaba todo el maldito dinero en alcohol y apuestas así que ingresé a un sitio web de empleos y ver si conseguía un lugar como ayudante de cátedra o algo por el estilo. El resultado fue desalentador así que regresé a mis actividades cotidianas para olvidar el mal momento.

Luego de una silenciosa cena, como todos los días, mi padre agarró su abrigo y salió de la casa, sepa Judas a donde. No es que me importara en todo caso.

Levantamos los platos de la mesa, Shiori tomaba los platos y los colocaba en su lugar en tanto yo dejaba la cocina limpia. Ella era mi luz y mi esperanza en tanto he llevado una vida complicada desde la muerte de nuestra madre. Con tan solo ocho años, ella era más inteligente que los niños de su escuela y no era de esperarse, ya que es igual a mamá en todo el sentido. Verla sonreír y aparentemente feliz hacía que cada segundo valga la pena.
Así que terminamos en la cocina y fuimos hacia el segundo piso, más no se me ocurrió pensar que esa noche mi hermana quiso dormir en mi habitación por lo que obviamente no me negué ante tan agradable petición. Mientras yo me encontraba en mi escritorio cambiando información de mi tesis, ella estaba con su juguete favorito viendo hacia la ventana.

— Hermana. ¿Crees que mamá se encuentre bien?
— Ella esta bien Shiori. Ya no está sufriendo.
— Lo sé, pero me refiero a papá.
— ¿Qué quieres decir? - giro mi silla hacia ella.
— Papá siempre está borracho y enojado con nosotras. Siempre nos grita y muchas veces ha llegado a ser capaz de usar su fuerza en contra nuestra. ¿Crees que mamá se encuentre bien por esa actitud?
— Tan pequeña y tan inteligente como siempre. Sabes, a papá también le duele la partida de mamá pero lo que haga o deje de hacer con su vida ya no nos concierne ya que es un adulto resposable, o es lo que deberia aparentar.
— Pero extraño a papá. Extraño a quien era antes.
— También lo extraño pequeña...

De pronto, el golpe de la puerta principal interrumpe nuestra conversación abruptamente. Sabíamos con exactitud de quién se trataba. Desgraciado, no tiene derecho alterar de esa manera nuestra paz mental.

— ¡Sakura! ¡¿Dónde estás?!

Oh vamos, otra vez con lo mismo..- Pensé.

Tsuki ga kirei desu neDonde viven las historias. Descúbrelo ahora