Like a virgin.

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Comenzaba a bajar la última prenda que cubría mi cuerpo. Pero en ese momento sentí como mi sentido y mi cordura volvía a mí.

—¡Jaeden! - dije acelerada tomando sus manos, tratando de regular mi respiración. Volteo a verme algo extrañado —Y...yo no puedo...- tartamudeé.

—¿No puedes qué?- estaba igual de agitado que yo, me miraba fijamente.

—Y...yo- los nervios me comían por dentro —yo soy virgen...- le dije cerrando mis ojos esperando su respuesta. Acomodo la prenda que estaba por sacar y se acostó a un lado de mí, poniendo su cabeza a mi altura. Un incómodo silencio invadió la habitación.

Bueno era incomodo para mí. Solo se escuchaban nuestras respiraciones aceleradas.

—¿Y porque esa cara de sufrimiento?- preguntó rompiendo el silencio, al mismo tiempo de que soltaba una carcajada y me abrazaba por la cintura.

—¿No... no estás molesto?- le pregunté volteando a verlo.

—Tendría que estarlo?- me preguntó sonriendo.

—Pues... creo que no, pero la mayoría...- dije insegura.

—Discúlpame pero tú no tienes a uno de esos tipos hecho en serie...- se refería a que no era como 'la mayoría'
—en realidad me gusta eso - me miro enternecido —me parece muy lindo que quieras esperar hasta el indicado...- acaricio mi mejilla. Yo lo miraba asombrado, era hermoso lo que me estaba diciendo. —y para serte sincero me encantaría ser el 'indicado' así que te esperare todo el tiempo que sea necesario...- beso mi frente después oculto su rostro en mi cuello.

—Gracias Jaeden...- le dije con una mano acariciando su cabello y con la otra su espalda. Hasta que así abrazados caímos en un profundo sueño.

[...]

Abrí mis ojos, ya que me era imposible seguir durmiendo más.

Inmediatamente busque a Jaeden, pero no lo encontré. Pero el peso que seguía en mi cintura me indicaba que me abrazaba por la espalda.

Gire con mucho cuidado ya que seguramente aún dormía y no quería despertarlo. Logre mi cometido y quede de frente con Jaeden, sus hermosos ojos estaban cerrados, sus músculos y facciones completamente relajadas. Y esos perfectos labios rosas los cuales se acoplan a los míos, como si estuvieran hechos para eso en específico. Era imposible descubrir lo que sentía al verlo. Sentía como si un hormigueo recorreriera todo mi cuerpo, y al escucharlo hablarme todo lo demás desaparece.

—¿Que tanto me miras?- dijo divertido con voz ronca.

—Lo lindo que eres durmiendo...- le dije riendo mientras acariciaba su mejilla -...pero ya despertasté, así que ya me puedo voltear...- comencé a darme la vuelta.

—Hey...- dijo haciéndose el ofendido soltando una carcajada.

—Es broma...- le dije besando sus labios.

Estuvimos acostados por un buen rato, hablando de cosas sin sentido. Estando con él, me divertía enormemente.

—¿Que vamos a hacer hoy?- me preguntó mientras daba cortos y rápidos besos en mi mejilla.

—Lo que tú quieras...- le dije toamndo su mano para entrelazar nuestros dedos.

—Sabes...- dijo pensativo —quiero ir a un parque de diversiones...- dijo sonriente.

—¿Un parque de diversiones?- pregunté sorprendida.

—Oh si...- dijo levantando sus cejas rápidamente —tengo mucho de que no voy a alguno...- hizo un puchero con sus labios —a menos de que te de miedo...

—¿Miedo?- solté una carcajada, las alturas y la velocidad no era lo mío, pero no era algo que me aterrara —no lo creo...- dije segura.

—Ya lo veremos...- dijo riendo mientras se ponía de pie.

Su perfectamente marcado cuerpo era cubierto solo por unos bóxers color azul marino, cosa que seguramente olvidó ya que se dirigía a la puerta así.

—Jaeden...- le llame tratando de no reír y volteo a verme —¿De verdad piensas salir así?- le pregunté ahora si riendo, a mi no me molestaría verlo así todos los días, pero si alguna de las de limpieza o cocina lo veía, creo que no nos guardarían más el secreto, y les dirán a mis padres.

—Ah... si yo lo olvide...- dijo riendo mientras se regresaba a tomar su pantalón y playera que estaban en el piso. Se vistió rápidamente y después se acerco a mí, para besar fugazmente mis labios —no tardes-me guiño un ojo para volver a dirigirse a la puerta.

Me puse de pie, envuelta en una de las sabanas.

Comencé a recoger las prendas restantes del piso. Reí tontamente al recordar  lo sucedido, había sido increíble. Pero me alegra no haber cedido por completo. Quería mucho a Jaeden, pero aun no sabía si lo nuestro era algo 'serio' o si era solo para pasar el rato. Pero después de lo que me dijo ayer, mi manera de pensar cambio. Tal vez el si sentía algo más por mi.

Entre al baño y abrí la llave para darle paso a la lluvia artificial, y que la temperatura de esta se templara.

En cuestión de segundos se comenzó a llenar de vapor, señal de que podía entrar. Después de una ducha rápida, me envolví en una de las toallas blancas y salí para buscar que me pondría. Ahora no deje mi cabello suelto, hice una coleta en el, dejando me fleco recto.

Me maquille lo más natural posible, un poco de rubor, delideanor negro y brillo labial.

Solo tome mi celular y lo guarde en una de las bolsas de mi short, me mire una vez más en el espejo y salí. Seguramente Jaeden ya me estaría esperando. Baje brincando las escaleras hasta que llegue al último escalón, me quede parada en el. Ya que Jaeden hablaba por teléfono, volteo a verme y sonrió.

—Si... hablamos luego- le dijo a la persona que se encontraba al otro lado de la línea y colgó.

—¿Todo bien?

—Si... era mi hermano- me contestó mientras se acercaba a mí —nos esperan para la cena...- me abrazo por la cintura, solo que yo estaba más alta ya que seguía en el primer escalón, pero este me cargo para luego bajarme al piso y ahora si quedar a nuestras alturas normales.

—¿N...nos esperan?- pregunte nerviosa...

El Niñero-Jaeden Martell y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora