Dolor de cabeza

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⚠️Aquí les dejo la continuación de smut del anterior capítulo, como dije lee bajo tu propia responsabilidad.

La hice cambiar de posiciones, ahora ella estaba recostada y me miraba expectante, esperando con ansias mi actuar. No la hice esperar y ataque sus labios, los cuales estaban ahora con el doble de grosor y un intenso color rojo. Abrió sus piernas permitiéndome acomodarme entre ellas, con una de sus manos despeinaba mi cabello mientras que con la otra acariciaba mi mejilla, bajaba por mi cuello y volvía a subir a mi mejilla.

Baje con mis besos por su barbilla, recorriendo su mejilla llegando a su oído -Tn - le susurré mientras jugaba con el lóbulo d esu oreja -Tn no podemos hacer esto...- le susurré nuevamente y le di una suave mordida.

-Shh...- me calló sin siquiera abrir los ojos -Tu sigue... si podemos- me tomo de la barbilla para que retomara el camino a su boca.

Decidí hacerla sufrir un poco, así que me dirigi a una de las zonas más sensibles, su cuello. La besaba con parsimonia, cosa que la hacía desesperar, comencé con besos húmedos, que conforme pasaban los segundos se hacían mayores, daba delicadas mordidas, ya que no quería dejarle marca alguna, y cada vez que hincaba mis dientes sobre su piel, soltaba pequeños gemidos, a causa del placer que le proporcionaba. Baje entre la loma de sus pechos hasta que llegue a la parta baja de su abdomen.

Comencé a jugar con el borde de su ropa interior, logrando que sus gemidos aumentarán, además de arrugar la sabana con sus manos. Encorvó su espalda y volví a subir tomándola de la espalda apegandola aún más a mi cuerpo.

-Lo siento pero no podemos...- era increíble la fuerza de voluntad en mi a estas alturas, no era mayor que mi excitación, pero no podía hacerlo. Sería abusar de ella.

Abrió sus ojos y me miraba sin entender -Estas ebria...- le dije mirándola -Y... y yo... tengo no... novia...- ¡dios! Pero cuanto me costaba decirle eso. Su mirada se volvió inexpresiva, no me decía nada y era algo ¡realmente molesto! Ya que no sabía si estaba molesta, o si no le afectaba en absoluto.

-Discúlpame...- le dije mientras delicadamente sacaba mis manos dejándola recostada en la cama, bese por última vez esos preciosos labios y salí de la habitación. ¡Eres un idiota! una voz en mi interior me grito.

[...]

Me desperté por el estúpido timbre del teléfono. -¿Que nadie puede contestar?- pregunte molesta en mi interior.

Sin salir de las sabanas estire mi brazo para responder el teléfono.

-¿Sí?- contesté.

-(Tu apellido)... te recuerdo que tienes detención... y ya tiene smedia hora de retraso- era la secretaria de la escuela.

-Ay no...- dije con fastidio.

-Tienes veinte minutos para llegar al colegio, si no tendrás doble castigo- me dijo y seguido colgué el teléfono.

-¡Dios! ¡Mi cabeza!- mire hacia el techo tomando mi cabeza entre mis manos, la cual sentía que de un momento a otro explotaría, pero que rayos hice ayer... pensé al darme cuenta de que estaba en ropa interior, frote mis ojos. Me puse de pie pero unos horribles mareos me llegaron.

Espere hasta estabilizarme para ir a mi closet y sacar ropa, mientras buscaba que me pondría, lo sucedido ayer invadía mi mente, reí tontamente al bailando sobre la mesa.

Recordé al chico que hacía de camarero, todo fue su culpa, reí en mi interior, tomé un jean y una sudadera. Me cambie y tomé los lentes más grandes y obscuros que tenía. Me dirigí al baño para poder peinarme. Me pare frente al espejo mientras que juntaba mi largo cabello para atarlo en una coleta.

¿Qué es eso? pregunté en mi foro interno cuando vi... ¿moretón? En mi cuello.

Ladee mi cabeza pare ver mi cuello del otro lado y logre ver otro... ¿Pero qué...? dije cuando los recuerdos volvieron a inundar mi memoria.

-Estuve apunto de hacerlo con Jaeden...- dije tapando mi rostro ¡Es un idiota! ¡Estaba ebria! ¡Como pudo hacerme eso! me pregunté indignada ¡Y además tiene novia! me sentía tan estúpida, y más porque no recordaba todo lo que había pasado, solo eran pequeñas escenas las que llegaban a mi cabeza. Saque maquillaje de mi bolsa para tratar de cubrir las marcas, pero era imposible, la marca rojiza aún se lograba ver.

Me coloque las gafas para que no se vieran mis ojeras, tomé mi mochila y salí de mi habitación.

Baje las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible, ya que hoy por ningún motivo quería encontrarme con Jaeden. Llegué al piso de abajo, estaba por salir, cuando escuche su voz.

-¿Tn?- dijo en tono de pregunta.

El Niñero-Jaeden Martell y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora