El penultimo rehen II

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<<Flashback>>
-Comencemos con un simple ejercicio ¿Vale?- Me acomodé en mi silla y pensé en lo miserable que era ser una chica recién egresada de la universidad y tener que lidiar con este tipo de chicos.
-N-no puedo, a-aun no...- respondió el muchachito de 9 años.
-Tranquilo, relaja tus sentidos. Solo te pediré que cierres tus ojos por un mo-
-Yo...yo...- Se quedó completamente quieto unos segundos. Miró rápidamente hacia el lado sin mover la cabeza. Volvió su mirada a mi, y luego miró hacia el costado otra vez, repetidas veces en pocos segundos. Como queriendo avisarme de algo.
Lo ignoré y le sonreí.
-Coloca tus manos a los lad-
-¡¡NO!!-
-....-
-No...yo...lo siento seño- señorita Helia ¿Helia verdad?- comenzo a sollozar-Él... Él está justo ahí- apuntó con su mano la esquina de la habitación- Ahí. Ahí. Ahí.-
Observé y solo pillé mi cafetera y unos libros viejos. Lo miré ofreciéndole una sonrisa.
-Cariño escu-
-¡¡NO!!- volvió a gritar- Si cierro los ojos el va a pegarle señorita. Le va a pegar...- Su mirada quedo intacta en la esquina.
Sin despegar la vista, comenzó a susurrar- Si...si hablamos bajito tal vez no nos escuche, pero esta mirandonos...asi que...¡¡NO!!- Se levantó y se abalanzó en mi lapicero para tomar unas tijeras sin despegar la vista de la esquina.
-Siéntate por favor- Estaba perdiendo la paciencia. Se supone que esto no era una sesión de psiquiatría.
-Señorita, yo la voy a proteger-
-¿De quien?-
-...-
-¿De quien?- Repetí.
-...-
Completamente callado, puso sus manos en el rostro y comenzó a llorar.
De repente frunció el ceño y miró hacia al lado. Luego me miro a los ojos. Comenzó a deslizarse por mi escritorio.

Yo solo lo observé. Era...entretenido.

-L-lo lamento tanto, yo- yo no quiero hacer esto- camino de a poco, con el rostro tenso. Esa no era para nada la mirada de un niño. Era una marioneta. Quedó frente a mi dispuesto a poner las tijeras donde quisisera.
Pero se arrojó a mi pecho y entre sollozos...¿Gritos? El niño ya no estaba, de repente toda mi oficina estaba repleta de gente; en las paredes, en el techo, en el suelo, arrastrandose.

-¡¡AHHHHH!!
-¡AYUDA!
-¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR!
-Sacame de aquí Dios. Libranos.

El niño apareció entre mis brazos.
-Salveme señorita Helia-

Abrí mis ojos de golpe.
Estaba adolorida. Me sentía sucia, y sofocada. Comencé a escuchar sollozos. Una mujer vómito a mi costado. Traté de moverme pero no pude, estaba atada y a la vez, mis piernas no respondían. Mi cara dolía. Demasiado. Mis labios.
-Ohh...- Ahora lo entendía todo. Yo había venido a buscar un cafe, creo, pero unos tipos dispararon y tomaron el lugar. Estoy atada. Estoy secuestrada. Soy una rehen.
¿Así les llaman verdad?
¿Iba a morir? ¿Así de rapido?
Trate de concentrarme.
¿Cuantas personas hay? Uno, dos...
Nueve, nueve personas.
Por lo debajo de mis sentidos, escuchaba a un hombre hablar, en dirección a nosotros. A mí.
Y al muchacho que estaban golpeando.

De repente, escuché y fui espectadora de la primera muerte que había visto en mi vida.
Fue rápido, sin palabras. Solo el sonido de la bala y los gritos.

¿Iba a morir así también?
Iba a morir así también.

Quería vomitar, llorar y abrazar a los extraños que tenia alrededor.
Pero en vez de eso, quise observar el lugar. Quise ver el lado oscuro de la vida por ultima vez.
Pero entonces observé como un muchacho estaba siendo golpeado, tenia el rostro ensangrentado pero aun así podía distinguirle.
De alguna forma me parecia...hermoso. Una vista miserable pero hermosa. Tenia el cabello revuelto, lleno de cenizas, y caían gotas desde su nariz. También caían gotas de agua. De lagrimas tal vez.
¿Era su final? Odio los finales. Era una injusticia que la gente hermosa muriese de esa forma.
Traté de moverme un poco. Estaba despertando.

-Tú.- Unas manos gruesas tomaron las mías y depositaron en ellas una masa pesada.- Disparale. Ahora.- Apuntó al muchacho.

¿Eh?

...de alguna forma, era completamente hermoso.

El penúltimo suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora