El penultimo rehen V

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Mire a mi madre con los ojos bien abiertos buscando que me defendiera, que saliera gritando que yo era un ángel, una muchachita inocente y estúpida que no sabía manejarse sola. Como la hacía antes.
Pero solo se quedó mirando sus rodillas.
Yo era una mujer. No era mas una niña.

Comenzó a acalambrarse mi garganta, mis manos y unos de mis muslos. Entonces comencé a gritar.

Desperté otra vez. Ya no había nadie. Había sido sedada. Pero aun así sentía calambres en mis recuerdos.

¡Jamás en mi vida podría matar a alguien!

¿Ve-Verdad...?

Luego de unos diez minutos, alguien entro a la sala.

Tenia sus manos vendadas. El rostro lleno de parches y ropa vieja. O tal vez era nueva, y era estilo vintage. Estúpidos hipsters.

-¡Ah!- Me incorporé rápidamente en la cama. Sentía un cosquilleo en mi pierna horrible. Un insecto tal vez. Tire las sábanas hacia atrás sin importar quien estuviese mirando y revisé por todos lados.

Insectos... Insectos...
Sentí entonces como un polilla albina se posaba en mis muslos.

Parpadeé y note como dos manos vendadas estaban allí, acariciando mi piel palida, morada y rojiza. Noté como uno de mis muslos estaba vendado. Y como me había salido vellos en las piernas.
¿Cuanto tiempo había pasado?

Levante la mirada.

Su frente y sus ojos expresaban dolor.

-Ho-hol-Hola...- Tartamudeó.
-....-
-Soy...-
-....-

-...el penúltimo rehén.-

El penúltimo suicidioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora