Two Souls|| Draco Malfoy(+18)

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Dreams

Al levantarme vi la cara de Draco, sonreía mientras me miraba. ¿Cuándo fue la ultima vez que dormí con el?

Recordando el pasado solo fueron pocas veces, siempre estábamos peleando incluso cuando éramos niños dormimos algunas veces juntos, no hay momento de mi vida donde no aparezca el.

Siempre había sido el y de eso estaba segura ¿Por qué todo esto no pudo ser así desde el primer momento?

Hubiera deseado que nos hubiéramos casado, hubiéramos tenido miles de hijos y tuviéramos una vida normal.

Pero supongo que eso nunca entraría en los planes de mi vida, no se si era por culpa de mis ancestros o que nací con una maldición, siempre atraía la desgracia, la mala suerte, la destrucción.

Si hubiera sabido que mi vida seria así desearía no haberlos conocido así no los arrastraría a mi desgracia.

- ¿Estas bien?

- Perdón me sumí en mis pensamientos.

- Vayamos a desayunar.

- ¿Qué?

Scorpius corrió hacia la habitación sonriente, desde que lo conocí nunca lo había visto sonreír así.

- Mama -me abrazo- tengo hambre desayunemos.

- Esta bien cariño.

- ¿Sabes mami? Estoy deseando volver a Hogwarts -sonrió- Albus me enseño varios trucos, mami seré el mejor de clase.

- Lo se cariño -acaricie su cabello.

Me levante junto a Draco e hicimos el desayuno ¿Cuándo habíamos llegado a esta casa? ¿Por qué Scorpius me llamaba mama? ¿Hogwarts? ¿Albus?

Estaba algo desconcertada, pero me gustaba, si era un sueño no quería despertar quiero vivir aquí para siempre.

- Cariño.

- ¿Sí?

- No te olvides de la cita.

- ¿Cita?

- Con el medico -rodo los ojos- sabría que te olvidarías.

- ¿Me ocurre algo?

- ¿Estas bien cariño? -Se acerco- desde que te has levantado esta rara.

- Estoy algo cansada.

- Será del embarazo.

- ¿Embarazo?

- Mama estamos esperando a un hermanito o hermanita nueva.

- ¿Yo? -me toque la barriga.

- Deberías descansar y dejar de trabajar -puso la mano encima de la mía- tienes que cuidar tu salud bien ahora que sois dos.

- Lo hare cariño.

- Volveré pronto del trabajo.

Beso mi barriga, después mi frente y por último a Scorpius antes de desaparecer por la puerta de la cocina.

- Mami.

- Dime cariño.

- ¿Podemos ir al centro comercial con Albus?

- Claro, llamare a los tíos para que traigan a los primos.

Scorpius asintió sonriente y siguió comiéndose su comida, cogí mi teléfono y les envié un mensaje a los chicos.