Capítulo 10: Una Nueva Esperanza

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30 de Mayo de 1520.

Moctezuma me explico todo, sus predicciones, ¿hombres con dos cabezas?. ¿Mujeres llorando fuertemente que el mismo Quetzalcoatl quedó pasmado?. ¿Aves con un espejo en su cabeza revelando el destino del emperador?. Esto era obra de dioses seguro pero, los españoles eso no fue obra de ellos.

Después Moctezuma me explico aquel día en el templo mayor, estaban haciendo una celebración mientras sacrificaban a una persona, el sacerdote alzó aquel artefacto artefacto que brillaba igual que el Sol, fue cuando los españoles intervinieron y mataron a todos los que se encontraban ahí. ¿Tenían algo que ver con el artefacto?

Tradamos mucho en reclutar soldados y que llegaran aprendices hasta Tenochtitlan, todo estaba listo, el plan era sabotear las armas de los españoles, dejarlos infensos y después sacarlos de la ciudad. Todo estaba listo, en 17 días prepararemos el asedio, mientras tanto yo y mis aprendiz es teníamos que averiguar todo lo que tenían a favor y en contra. Parecía que no tenían ninguna desventaja, eran fuertes, ninguna flecha atravesaba su pecho y mucho peor, tenían objetos que disparan a una velocidad increíble y atravesaban cualquier parte del cuerpo con facilidad y xoloitzcuincles más altos y fuertes de incluso color blanco, lo tenían todo y mientras intentabamos planear el ataque, decidimos tomar los canales del lago y atacar su arsenal por el muelle de noche, quemamos sus objetos y quedarán debilitados.

Al caer el Sol, tomamos las barcas y nos dispusimos a zarpar, al llegar todo estaba tranquilo, desembarcamos y matamos sigilosamente a los españoles que se encontraban vigilando la zona, en la armería quemamos todo y al salir, exploto todo muy fuertemente, (creo que debieron ser esos barriles rojos de la esquina), todos los españoles salieron y mientras nosotros rematamos hasta la costa del lago, fuera de la ciudad nos seguían y mientras llegábamos a tierra nos preparábamos para pelear, mientras se mataban los unos a otros fue ahí donde lo encontré cara a cara, el gran Cortés, una persona de color blanco, robusta y con barba y... Fea. Corrí para atacarlo cuando el saco su artefacto de fuego y disparo, me tire al suelo y cuando se me acerco cuando pude enterrarlo mi daga en una de sus piernas, yo y las pocas tropas que quedaban escapamos, no podía volver y envié a un mensajero a decirle a Moctezuma que yo y mis tropas iremos a Tulum por refuerzos. Esto no se quedaría así

Assasins Creed: MatomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora