Capítulo 4: estan advertidos.

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Por favor escuchen la canción que les dejo acá arriba ya que le dará ambiente a esta parte del cuento.

Antes de que mi casa fuera completamente consumida por las llamas, entre a mi hogar, escave entre la tierra y saque de la tierra un cofre de piedra, salí de mi casa y abrí el cofre, saque de ahí un traje de guerrero cráneo algo rasgado, pero que no le quitaba lo terrorífico contra los enemigos, una mascara de un cráneo con unas plumas de quetzal alrededor, y una hacha de obsidiana.

-Esta todo listo señor- me dijo mi capitán.

-Bien, por que es hora de mandar a esos tepanecas directo al mictlan. ¿Cual es su campamento mas cercano?

- A escasos metros de aquí señor, al oeste.

- Atacaremos al anochecer.

5 horas después.

- Capitán ¿Porqué me nombraron general a mi y no a usted?.

- Bueno también tuve esa duda señor, y lo hable con el mayor, pero solo me respondió que usted era el más preparado, me dejo con mas dudas pero no dije nada.

- Señor el sol se esta poniendo- me dijo Cauilt mientras señalaba el Sol- ya es hora.

- Preparen antorchas- dije.

- Pero señor, eso alertara a los soldados.

- Solo haganlo.

- Si señor.

Caminamos con antorcha en mano, cuando llegamos al campamento del enemigo.

- Todas las tropas lancen sus antorchas.

-¿Señor?

-¡¡Lancenlas!!

Cuando todos lanzaron sus antorchas, unos cuantos edificios se incendiaban, pero lo que más me alivio, eran los gritos de los soldados quemándose. Entramos al campamento y matamos a todos los que veíamos.

Yo entre al lugar donde se encontraba el jefe de ese campamento.

- ¡¡Maldito!!- grite mientras le lanzaba mi hacha al pecho. Cuando me acerque a el, le quite mi hacha- esto acaba ahora.

- jajaja- reía el general mientras tosía sangre- ¿TU crees que esto ha acabado?

- No, pero se que al matarte acabare con otra rata como tu y los de tu cultura, y se que por fin mi familia quedara en paz.

- No sabes a que te enfrentas, te encontraremos y te mataremos mientras duermes.

- Yo ya no dormiré, no hasta ver la sangre de los tuyos correr por mi hacha.

- No sabes a lo que te...- antes de que acabara, le corte el cuello, y mientras se tiraba al suelo retorciéndose yo escape y volví con mis tropas.

- Señor que hacemos con los sobrevivientes.

- ¿Quién dijo que habría sobrevivientes? Solo quemenlos como a los demás.

-B...Bien.

- Espera, deja a 20 o 10 vivos, se los entregaremos a Moctezuma como señal de victoria.

- Si señor

Al acabar con la masacre que se había hecho volvimos con los prisioneros a Tenochtitlan para entregárselos a Moctezuma.

- Señor ¿ Qué cree que hagan con los prisioneros?

- No te preocupes, servirán de esclavos y otros para sacrificios.

Al llegar al palacio del emperador, le entregamos las armaduras de los tepanecas y los prisioneros.

- Kuautli, el emperador quiere hablar contigo a solas.

- Gracias Cauilt, tu y tus tropas pueden volver a sus hogares y descansar.

- Gracias señor

Volví al palacio y me encontré con él.

- ¿Quería hablar conmigo ameuatsin (señor)?

- Kuautli, hiciste muy bien en arrasar ese campamento, pero sabes que con uno no basta, tienes que arrasar con todos como el soldado que fuiste antes,

- Lo se señor pero antes era más joven, podía moverme con libertad, ahora no se me canso algo rápido.

- No es verdad, la juventud esta en la mente, puedes seguir. Por cierto lo siento por lo de tu familia, si quieres puedes dormir aquí en el palacio 1 o 2 días hasta que yo te consiga una hogar en la ciudad.

- Se lo agradezco mucho su majestad. Lo tomare. Pero mientras tanto ¿Qué hay de las demás tropas? Mis 50 soldados no van a poder contra los demás campamentos.

- No te preocupes yo me ocupare de eso, mira ya es mediodía, es mejor que me prepare, vamos a sacrificar a un prisionero. Tu descansa se que no dormiste en la noche.

- Lo siento señor, hice una promesa, no puedo hacerlo. Esto es solo el principio del final, los malditos lo pagaran.

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Assasins Creed: Matoma.

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