No todo esta resuelto

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Capítulo 21

Sawyer

Me quedo dormido en el sillón y al despertar veo como Dan y Had están acostados en un sillón, Liam en un extremo de la alfombra con una cojín del sillón al igual que Hannah que se encontraba en el otro extremo.

Estábamos todos, solo faltaba ella..

— ¿Cómo te sientes? — Had estira sus brazos

— Me duele la cabeza, deberían ir a dormir no creo que descansarán bien Hannah me cuida.

— ¿Y eso es estar bien? — reniega Dan

— ¡Hey! — reniega Hannah — Duermo en el suelo y esto es lo primero que recibo, que gran mañana.

Liam fue el último en irse ya que no quería despertarse aunque según el afirma no durmió ni un minuto para ver que no me atragantarse con mi sangre si algo sucedía.

— Las heridas se ven mejor.

— Es un asco — murmuró entre dientes

— ¿Qué sucedió, por qué pelearte en las carreras cuando estas lastimado?

— Por Rylee.

— Idiota — murmura — Ella tiene a alguien es hora de superarla antes de que termines muerto.

— Hannah, ¿tú alguna vez en tu vida has querido a alguien o mínimo alguien qué te importe?, voy a responder, no, nunca porque nadie que no seas tu te interesa.

— ¡Si fuera así no esperaría cada noche para ver que estuvieras vivo, no hubiera dormido a la par tuya para ver que estuvieras bien, no hubiera pasado noches en el hospital cuidándote incluso cuando nuestros padres ni se habían dado cuenta!

Lanza una bofetada a lo cual no la detengo

— Y sobre todo no me hubiera alejado de la única persona que tenía fe en mi con tal de que no se hundiera junto a mi, por eso dejé a Rylee.
Así que la respuesta a tu pregunta es si, Sawyer, si se que es querer y sobre todo perder.

— Hannah yo...

— ¡Hannah nada!, toda mi vida te necesite y nunca estuviste pero para Rylee nunca hubo algún pero ¿y sabes qué?, nunca me importó porque sentía que ella merecía todo el cariño de este mundo.

Ella me deja ahí y sube a su habitación, no tenía fuerzas para levantarme y seguirla ya que mi abdomen dolía, me quito la camisa dejando visibles varios moretones y golpes que no había notado antes.

Todas las mujeres en mi vida se van.

Me quedo dormido nuevamente en el sillón hasta que escucho el sonido de la puerta abrirse, eran mis padres pero se dirigen directamente a la cocina.

— Ven, tenemos que subir — susurra mientras me ayuda a levantar

— ¿No estabas molesta? — digo mientras subimos las gradas

— Lo estoy, la diferencia es que yo no te voy a dejar a merced de las miles de preguntas de nuestros padres.

— Gracias — murmuró

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