Tuve la suerte de nacer en una familia de poder, de personas sin alma ni corazón. Una familia de apellido milenario, somos monstruos y demonios con muchos años de antigüedad... OH bueno éramos una familia hasta aquella luna llena. Mi nombre es Edwin, tengo veintiuno y como se dan cuenta soy de sangre azul veneno, los bolsillos llenos de billetes y el pecho vació. Todo paso la noche del ocho de marzo a las dos o tres de la mañana, era una cena familiar muy común, risas, vino, cigarrillos, una familia muy normal. Y toda familia normal tiene peleas, la mía no sería la excepción... comenzaron los gritos por recuerdos de su niñez, por dinero prestado que jamás fue devuelto y las infidelidades. Una noche perfecta. Fui a mi cuarto en búsqueda de paz y silencio, pero dicen que cuando más huyes de algo, más te persigue hasta encontrarte, estirado sobre la cama con los ojos cerrados, oía a mi padre reclamar por mi ausencia en cada actividad familiar. ¿Pero por qué debo ser igual a ellos? Yo soy superior y no puedo olvidar ello. Mi terapeuta dice que tengo trastorno de personalidad y narcisismo, que mi contra parte es un ser maligno que solo desea verme muerto, pero... jamás hemos peleado, él siempre me defiende de quienes me dañan, es un tanto cruel, es sus métodos, pero es una buena persona. Juega conmigo por las noches y dice ser mi fiel compañía, yo doy la vida por él y él da la vida por mí. Mi padre intentó darme una bofetada mientras estaba estirado sobre la cama y mi otro yo reacciono antes que yo parando la mano de mi padre y apretando sus dedos, cuando logre reaccionar de lo que pasaba le había roto dos dedos a mi padre, me golpeo con su bastón hasta el cansancio. Mi otro yo no estaba dispuesto a soportar ese abuso una vez más, salió él y me dejo en silencio a mí, no pude decir ni hacer nada, tenía total control de todo él. Bajo las escaleras sin hacer ruido, se escabullo sin que nadie se diera cuenta hasta la oficina de su padre, tomo unas dagas que tenía en su cajón, una máscara blanca con una mueca de tristeza y volvió a su cuarto para vestir formal para su gran momento. Una vez ya vestido para la ocasión, con las dagas escondidas en las muñecas y su máscara lista, fue directo hasta donde su padre para atravesar sus ojos con las dagas, sacándolos de sus cuencas y cortando su cuello llenando ambos trajes de rojo, los invitados al darse cuenta de lo que pasaba intentaron correr sin tener suerte, el otro yo había sacado todos los ojos de sus cuencas para luego iniciar un incendio donde desaparecieran todas las pruebas, volvió a su cama dejando las dagas en el escritorio junto a la máscara, y esperando la llegada de los bomberos para salir como una víctima de un horrible asesino que salió con vida. Yo me quedé con toda la fortuna de mi familia, soy el dueño de una empresa enorme que se dedica a crear dagas de colección y como todo vendedor debo probar mi producto antes de venderlo al público. Si me ves por la calle o tocando tu puerta no tengas miedo, yo jamás te haría daño, mi otro yo lo hará.
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Te amo pero debo matarte
Mystery / ThrillerEl amor y la vida son cosas temporales, algunas veces se acaban por terceros y otras veces es decisión de una sola parte. En esta historia te cuento las historias de muchos asesinos que amaron y vivieron