La piel del amor

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Dios hace hermosos a sus peores demonios y yo tengo la suerte de ser horrible en cada sentido posible. Ángel fue mi nombre al nacer, pero hoy. Hoy puedo ser quien yo quiera ser, cuando quiera y como quiera, todo comenzó en la década de los 90 todos llevaban ropa extraña para mi gusto, pero quien soy para criticar, era un joven universitario de 19 años con sueños de ser un gran pintor, pero la vida no se trata de sueños. En fin dejémonos de tanta charla estúpida, vamos al grano, la única manera de que tengas esta carta entre tus manos es que seas un policía que encontró una de mis obras de arte y si es así. Fuck you fucking cop, aunque ahora que lo pienso también puedes ser un familiar, bueno sea como sea, aprecia mi arte y ten cuidado con él, si arruinas mi trabajo te volveré una de mis obras y una de las mejores. ¿Entendido? Espero que si, bueno, sigamos en lo que estábamos. Cuando llegue a mis treinta y ya no podía soportar más ser una rata de oficina, explote y derrame mis colores por todos lados, se sintió tan relajante, apuñar con un lápiz en el estómago a mi jefe, su cara de desprecio paso a ser una mueca de dolor y temor... lógicamente perdí mi trabajo, pero algo en mí se sentía diferente y necesita más de esa sensación tan relajante y que me hacía sentir tan bien. Luego de formar una sonrisa con grapas en la cara de un vagabundo, descubrí que mi arte era poner expresiones únicas en el rostro de mi arte. Pasaban los días y no podía dormir por pensar en que necesitaba un poco más de esa sensación, luego de una semana sin poder dormir ni comer ni hacer nada por necesidad de un poco más, salí en búsqueda de un nuevo trozo de basura para volverlo arte. Pasaron horas antes de poder encontrar una voluntaria —bueno, no tan voluntaria— que quisiera participar, me ofreció sus servicios de compañía nocturna, los acepte y fuimos a un motel cercano, espere que se desnudara para sacar un bisturí de mi bolsillo y regalarle una sonrisa y unos ojos atentos, sujete sus manos a los respaldos de la cama y me senté sobre su pecho para poder trabajar cómodamente, primero abrí sus ojos pequeños y rojizos, sus párpados escondían unos ojos turquesas con líneas rojas, eran realmente hermosos... sus labios estaban maquillados de un negro que resaltaba su piel canela, para calmarla le susurre al oído que si se quedaba quieta y era un buen trozo de basura prometía curar sus heridas y dejarle una muy buena propina por sus servicios. Creo que entendió por qué se quedó quieta y se dejó llevar, la incisión fue hasta medio pómulo para diseñar una sonrisa hermosa, pero delicada para tan bella dama, cuando termine mi trabajo, cumplí mi palabra, cure todas las heridas que tenía en el cuerpo, deje mucho dinero en su cartera y me retire, el guardia o alguien vendría a verla en algún momento. Ya no era mi problema. Y así fue cada semana, todas las semanas, necesitaba una nueva obra de arte para sentirme bien, de las que todavía recuerdo a mis 51 años, puedo narrarte la de una familia entera. Ellos sabían de un psicópata que mutilaba a sus víctimas, pero no las mataba y el destino quiso jugar con nuestras vidas, nos puso en el mismo hotel. Yo estaba cortando las orejas de una pareja, a él le quité la derecha y a ella la izquierda, ya había dibujado una sonrisa de pómulo completo a ambos y esta familia entro al cuarto por equivocación, lo único que vieron fue sangre y un hombre sobre una mujer mientras el otro miraba —un trío cualquiera— pero dicen que es mejor prevenir. Termine con mis obrar, las ate y dormí para tener tiempo de sobra para hacer un arte familiar, toque su puerta pidiendo disculpas por lo que vieron, ellos me invitaron a pasar pensando en que yo solo ofrecía una disculpa. Espere que se dieran vuelta ambos y les di un golpe por la nuca para dormirlos, sus hijos fueron fáciles de atrapar, vinieron solos a mí preguntando por mami y papi, los hice dormí y los prepare para que ellos fueran los primeros. Coloque sus cuerpos sobre la mesa y comencé a llenar sus brazos de sonrisas y caritas felices, procure curar cada herida para que no mueran y así disfruten de sus diseños únicos, sus rostros ya tenían las sonrisas debidas, así que las deje en paz y sus ojos eran aún más perfectos. Me odiaría por arruinar esas bellezas. Pero sus padres eran trozos de mierda, eran basura pura y yo tenía el deber de mejorarlos, Tome al padre primero, diseñe una rosa sonriente en su pierna derecha y una luna triste en la izquierda, sus brazos fueron llenados de cruces y lágrimas, su rostro moldeado con una sonrisa que llegaba a sus ojos y sus ojos cerrados para siempre, fue difícil coser sus ojos sin dañar el globo ocular pero lo logre. La madre de familia fue moldeada con una mueca de tristeza, sus ojos quedaron abiertos para siempre, su deber ahora es ser la vista de su esposo, sus brazos los diseñe con rayas y cruces invertidas, sus piernas con cicatrices bien formadas y una pequeña firma #artforlife. Me despedí como un caballero, dando las gracias por su colaboración y saliendo con total calma. La buena suerte en algún momento debe acabarse y la mía se acabó cuando quise volver arte la esposa de un general, pase 15 malditos años en la prisión, pero la suerte volvió a mí trayendo a mi esposa hacia mí, el amor fue inmediato, no sabíamos nuestros nombres, pero si cuál era el gemido del otro, cuando salí ella estaba en la puerta esperando a su amado con nuestro hijo, desde aquel día somos un equipo y pronto seriamos una familia. Y así han pasado cerca de 22 años haciendo obras de arte, cada una con detalles únicos, mis hijos llevan una cicatriz en sus cuellos de una daga y una sonrisa, ellos saben que su padre los ama y jamás los dejara solo, realmente espero que sigan mi pasión o serían una decepción para mí.  

Te amo pero debo matarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora