Capitulo 10

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Cheryl POV
Era de mañana, supongo. Aun tenía los ojos cerrados, pero sabía que era de mañana por el sol que pegaba en mi cara.

Como la otra vez dormí increíble, no quería ni abrir mis ojos. Mi cabeza aún está sobre el pecho de Toni, lo sabía porque sentía su tonificado cuerpo.

Me removí en mi lugar para acercarme más a ella y rodeé con mi brazo su abdomen para acercarme, dejé mi brazo ahí y mi cabeza se apretó más a ella.

Decidí abrir mis ojos y solo veía un punto aleatorio de la habitación, sentí una mirada en mi, miré hacia arriba y oh no.

C: ¡Toni! Dios me asustaste –exclamé e inmediatamente me levanté de la cama.

T: Lo siento.

C: Yo... yo lo lamento, sabes que suelo dormir muy brusco y debí moverme hacia ti...

T: Está bien Cher, yo lo sé. –rió un poco y se sentó en la cama.

C: Uh... me quedé a dormir aquí, porque... porque le prometí a tus padres que te cuidaría y... y eso, sabes...

¿Por que tienes que estar tan nerviosa Cheryl? Va a notarlo y... ¡después sabrá que en la noche la besé y dormí aquí a propósito! Mierda, no.

T: Oh, está bien. ¡Oh! –se quejó llevando su mano a su frente.

C: ¿Qué pasa? –pregunté sentándome en la orilla de la cama.

T: Tengo una jaqueca horrible. –dijo en la misma posición.

C: Te traeré algo, para el dolor.

T: No vuelvo a tomar nada de lo que me de Verónica.

C: A mi no me molestaría -dije bajo.

T: ¿Qué? –preguntó confundida, nada, nada Toni. Es solo que no me molestaría que te recargaras en mis piernas de nuevo, besarte o preguntarte si me amas o dormir en tu pecho.

C: Nada, nada. Digo que te iré a traer una pastilla.

T: Gracias, Cher. Bueno mientras... iré a tomarme una ducha.

C: E-está bien, nuestros padres trajeron nuestras cosas y están en el closet.

T: Bien, gracias –entró al baño.

Bien Cheryl.

Me quedé un rato en la habitación viendo fijamente la puerta del baño, se escuchó la regadera y salí de ahí.
Bajé las escaleras, entré al comedor y ahí estaba un mayordomo.

A: ¡Señora Topaz! buenos días, ¿gusta desayunar o va a esperar a su esposa?

C: Buenos días Alfonso, solo prepara el desayuno a mi esposa en la bandeja, para llevarlo a la habitación y agrega pastillas para la jaqueca, por favor.

A: Enseguida, señora Topaz.

El mayordomo salió y yo me puse a examinar la sala del comedor que era todo muy rústico, pero elegante a la vez. Era mi estilo.

Seguí examinando hasta que el timbre de la mansión sonó.
Salí al recibidor, e iba Alfonso a abrir pero lo detuve.

C: Yo abro, está bien –caminé hacia la puerta, la abrí y detrás estaba una chica con una cola alta y una banda, shorts blancos, camisa polo gris, así como tenis blancos, y tenia una mochila de golf con varios palos en ella.

Learn to love (choni g!p )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora