Mi primer beso.
Siempre me lo imaginé con el chico de mis sueños, el amor de mi vida. Siempre imaginé que mi primer beso sería el de amor verdadero.
Si, súper cursi, lo sé.
Sobre todo porque soy conciente de que eso de " un beso de amor verdadero" solo se ve en la películas de Disney.
Pero no me juzguen, crecí con esas películas, creyendo que algún día encontraría a mi príncipe de cuento de hadas y que viviríamos felices por siempre.
Claramente esto no es como lo imaginé.
Nicolás estaba acostado boca abajo en mi cama, donde mi almohada podía ahogar sus carcajadas.
Se voltea boca arriba súper agitado y dejando de reír poco a poco hasta recuperar el aliento.
Un poco más y se orina.
–¿De verdad...de verdad pensaste que iba a besarte?– dice entrecortado y ríe un poco –Oye, ni siquiera me conoces, ¿Eres así de fácil?– ríe un poco más.
Ok, eso fue lo único que necesitaba para explotar de la ira.
Me acerque a grandes pasos y lo tomé de la oreja tirando de ella para sacarlo de mi cama.
Se quejó del dolor y se alejo de mi.
–¿Que te pasa?, ¿Estás loca o que?– escupió molesto.
–¿Loca?, ¡¿Yo soy la loca?!, ¡Tu eres el que viene, entra a mi casa sin permiso, se cree dueño de mi cama, invade mi espacio personal, finge que me besará para después burlarse de mí y llamarme fácil!– grito totalmente furiosa –No tienes ningún derecho de tratarme así, no tienes ningún derecho, ¡¿Me oyes?!
Él se me queda viendo sorprendido.
Normalmente no soy una persona que grita pero el me hizo enojar, se burló de mí y eso no se lo voy a perdonar.
–Hey, cálmate no tienes que–
–¡Cállate!– le cortó porque sinceramente esa voz que me parecía sexy y provocativa, en este momento me está fastidiando y mucho.
El mantuvo silencio.
–Mira Nicolás, yo no sé que tipo de crianza te ha dado tu madre pero no puedes andar por la vida creyendote la gran cosa y que el mundo te pertenece, que puedes hacer lo que quieras cuando quieras. No me conoces, no te conozco. Es más, ni siquiera se porque estoy hablando aquí conmigo, debería de llamar a la policía porque irrumpiste en mi casa y, de hecho, ¿Cómo carajos entraste aquí?
–Bueno, la mayoría de las personas en los vecindarios guardan una llave de repuesto escondida en la estrada de su casa, pueden estar debajo de una maceta o debajo del tapete, solo tuve suerte, creo– explica encogiéndose de hombros.
No puedo creer que el haya buscado la llave de mi casa para entrar solo a molestarme.
–¿Eres un ladrón?
–¿Qué? No, solo–
–Vete.
Ya no podía mirarlo más.
Me dolía la cabeza.
–¿No oyes? ¡Que te largues de mi casa, idiota!
Se da la vuelta hacia la puerta la abre y cuando está a punto de salir me mira por última vez y se va cerrando la puerta.
Dios mío, pero que chico tan...tan..agh.
No puedo creer que pensará que es el chico más guapo del mundo, su personalidad arruina su belleza.
ESTÁS LEYENDO
Mi Vecino de al Lado
Teen FictionTodo se volvió una locura desde que llegaste a mi vida.