CAPÍTULO 89

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HACE DOS DORITOS...

- Eres una mujer muy embarazada con las hormonas y la sensibilidad a flor de piel - Abby decidió interrumpir aquel diálogo apresurado de su hija, tenía que calmarse ya que eso no le hacía bien al bebé - Mi amor, ahora mismo tú eres la roca de Alex ella te dejó frente a todo esto junto a Aster porque sabía que tú lo podrías manejar... Eres la roca de Lexa, ella está demasiado confundida como para conseguir su camino a la calma y tú la debes guiar, no confía en nadie, solo tú lograste traspasar esa coraza así que ninguno de nosotros podemos reemplazarte en esa tarea - Las palabras de Abby estaban funcionando, Clarke comenzaba a sentirse más calmada - Además que tienes que ser la roca de Madi, ella tampoco la está pasando bien y si te ve mal ella también terminará derrumbándose - Abby secó las últimas lágrimas de Clarke antes de continuar - Se que es duro y que nadie debería soportar todas esas cargas solas, pero sino pudieras hacerlo estoy segura que Alexa no hubiese dejado ese peso en tus hombros y Madi ya se hubiese derrumbado desde que vió a su hermana en esa cápsula.... Además que jamás te hubieses ganado la admiración y el amor de alguien como Lexa - Abby pudo ver una pequeña sonrisa en el rostro de su hija - Asi que cuando ella vuelva a despertar estarás ahí, firme a su lado para ayudarla y si no funciona entonces lo vuelves a intentar hasta que salga bien... ¿Ok? - Le preguntó suavemente mientras retiraba sus manos de sus mejillas.

Clarke sonrió ampliamente - ¡Ok! - Le respondió con otra sonrisa mientras se lanzaba nuevamente a los brazos de su madre y la apretaba fuertemente - Gracias mamá - El agradecimiento era complemente apreciable en su voz.

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- De nada cielo - Le respondió la médico mientras se alejaba de aquel abrazo - Ahora ven - La tomó por la mano para llevarla hasta una de las camillas - Tenemos que ver que todo esté bien ahí dentro antes de partir a Polis - Le dijo mientras tocaba el vientre de su hija.

Clarke se sentó sobre la camilla, estaba entusiasmada de ver a la pequeña Alexa que crecía en su interior, con todo lo que había pasado no había tenido el tiempo de hacerse un ultrasonido para corroborar que todo estuviese marchando bien - Mamá, ¿Lograste comunicarte con Polis? - Le preguntó a su madre mientras Abby movía la máquina de ultrasonido cerca de la camilla.

- Sí, ya están al tanto de nuestra llegada... Están ansiosos de que llegues y les expliques bien lo que está pasando - Se acercó hasta donde estaba Clarke ya con el aparatito en la mano - Súbete la camisa - Le ordenó a su hija mientras se movía a uno de los estantes a buscar otra cosa.

Clarke obedeció sin chistar, su abdomen estaba completamente normal, no se podía apreciar para nada su embarazo aún, estaba tan plano como siempre - ¿No le dijiste nada sobre Lexa verdad? - Le preguntó rápidamente a su madre cuando la vió acercarse con un pequeño frasco en la mano.

- Claro que no, se que es un tema delicado - Le respondió Abby mientras presionaba unos botones en la máquina y luego se volteaba a mirar a su hija - Creo que está frío - Le advirtió antes de vertir un gel sobre su vientre, justo debajo de su ombligo - Te advertí - Le dijo con una risita al ver como Clarke saltó suavemente en el sitio al sentir el gel caer a su piel - Veamos - Dijo finalmente Abby mientras pasaba un aparato justo por donde vertió el gel y se comenzaba a ver una imagen en la pantalla de la máquina - Aquí está la pequeña Alex - Le dijo su madre y Clarke movió rápidamente sus ojos hasta aquella pantalla.

Clarke miró hasta donde apuntaba su madre en la pantalla con su dedo, aquello era un simple puntito muy chiquito en la pantalla, Clarke sonrió y no pudo evitar que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas al ver por primera vez la vida que crecía dentro de ella, Melanie se acercó a la camilla donde le estaban haciendo el ultrasonido a Clarke para mirar también, para ser sincera no entendía muy bien las imágenes, aquello parecía el cielo en una noche de tormenta, pero cuando Abby señaló la pantalla con su dedo y vió aquél puntito también se emocionó.

SIEMPRE ESTARÉ CONTIGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora