Nueve: Neji juró que no la dejaría sola

275 14 1
                                    

Notas: Universo Alterno | Romance - Hurt/Confort | Rated T.

Tema elegido: Hombres lobo.

.

.

Desde pequeña, quería pensar que eso era un cuento. No uno de hadas, porque sabía que no existían; tampoco uno de genios que conceden deseos, porque sería mucho poder para alguien en ese mundo. Era uno de lobos feroces, el cual, más que ayudarle a conciliar el sueño, hacía que permanezca alerta hasta que sus ojos se cierren solos, sin presión y presa del cansancio.

—Recuerda, Tenten, no se puede salir de noche. Escuchas un ruido, no se sale. Ves a un animalito, no se sale.

—Nunca se sale de noche y cierras un poco tu ventana.

—De noche, jamás, ¿entendido, cariño?

La pequeña de diez años intercalaba sus ojos en cada uno de sus progenitores, asintiendo mientras lo hacía. Ya no era un cuento el que usaban para decirle que no se puede salir de noche, ahora solo le decían que no se podía. La diferencia fue que, ese día, viendo cómo sus padres se retiraban de su habitación después de darle un beso de buenas noches, escuchó el murmullo tembloroso de la mujer que le dio la vida.

—O un lobo te comerá.

00000000

Maldecía su suerte de no haber nacido en un poblado más grande o con más vías para poder salir de ahí, al menos. Pero no era así. Konoha, como su nombre lo indicaba, era una aldea en medio de las hojas de los múltiples árboles frondosos que la rodean, siendo bastante difícil poder atravesar la espesura del bosque, con el fin de llegar a una aldea con mejores oportunidades para salir adelante. La idea de un viaje a otro poblado debería significar que todo el trayecto sea en el día, algo prácticamente imposible si querías establecerte en una gran aldea.

Porque un viaje extenso, implicaba transitar de noche. Y, la noche, estaba prohibida si querías preservar tu vida.

—Es mejor la muerte.

Tenten dejó sus ensoñaciones y planes que no cumpliría por temor, al escuchar a su amigo a su derecha. Frunció el ceño, al no entender a lo que hacía referencia con ese comentario. Neji miraba al frente, en dirección de la plazuela, por lo que dirigió su mirada en esa dirección. Abrió sus ojos todo lo que pudo al presenciar la escena.

—Ya va a empezar... demonios. Eran mis vecinos.

La castaña solo atinó a tapar sus oídos, a la par que su otro amigo, a su izquierda, se cubrió la cara después de hacer su comentario. Ella tuvo la vista perfecta de ver cómo la policía del poblado arrojaba al centro a una pareja, sin tacto alguno y con expresiones de asco; las personas en cuestión eran rodeados por los pocos vecinos que decidieron acercarse a observar la escena, mientras que el resto los repelía. La pareja no podía mantenerse en pie, debido a las heridas sangrantes y profundas que tenían en todo su cuerpo; el hombre había caído, a los segundos, por la herida abierta en su cabeza, teniendo a su esposa llorando desconsolada, a su lado. Tenten se horrorizó en cuanto vio a los oficiales apuntar, para luego disparar, en la cabeza de cada uno.

Dos, tres, cuatro, cinco balas. Para asegurar que los individuos estuviesen muertos, dijeron los encargados de la seguridad ciudadana. Luego, pidieron dispersar a los espectadores.

Los ojos marrones de Tenten temblaron. Estaba aterrada, no quería que eso le pase a algún conocido suyo.

—Ya pasó, Lee, puedes ver —indicó Neji, como si del clima se tratara. El pelinegro de camisa verde destapó sus ojos, volviendo a mirar en todas las direcciones.

Días de abril - Mes NejiTen 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora